Sunday, June 9, 2024

Para subsanar lo de la “mariconería” de Francisco el Vaticano vende el sofá, para la prensa más textos bajo embargo y menos audios disponibles

Para un contexto de a qué nos referimos con los de la “mariconería” de Francisco, ir aquí y aquí.

Artículo de Il Messaggero, Jun-09-2024. Traducción de Secretum Meum Mihi (con adaptaciones).

El Papa Francisco, tras la frase sobre la “mariconería”, toma medidas enérgicas contra los periodistas: textos embargados y audios a cuentagotas

El Papa Francisco ha decidido cerrar aún más los grifos con la prensa acreditada en el Vaticano

domingo 9 junio 2024


Los incidentes de comunicación son muchos. Palabras mal comprendidas e incomprendidas, otras pronunciadas sin imaginar las consecuencias (a menudo diplomáticas), o discursos modificados en el momento que han creado confusión. Si se analizan estos once años de pontificado, afloran auténticas tormentas que han obligado al Papa Francisco a correr a hacer reparaciones con su entorno empeñado en arreglar las cosas aunque a veces resultaran peor que el agujero. A veces corrigiendo las comillas de los pasajes más controversiales. El último gran incidente planetario se produjo por la respuesta dada a un obispo italiano durante la asamblea de la CEI. Aunque Bergoglio les había aconsejado no decir nada a los periodistas (que no estaban presentes, a excepción de los del CEI), la frase impactante sobre la mariconería en los seminarios de todos modos salió de los sagrados muros (como por lo demás era previsible).

El Papa Francisco, cansado de hacer frente a las continuas emergencias comunicativas que dañan su imagen y lastran su acción de gobierno, ha decidido estrechar aún más los grifos con la prensa acreditada en el Vaticano. Así, a la ya larga serie de restricciones vigentes (impensables en los tiempos de Wojtyla y Ratzinger) ha añadido otras. Con efecto inmediato, muchos de los audios de las audiencias a grupos en el palacio apostólico, que antes podían escucharse en vivo en la oficina de prensa, ya no estarán disponibles, al igual que los textos de los discursos preparados. Siempre se han distribuido bajo embargo en espera de su lectura para facilitar el trabajo de la prensa. Sólo las catequesis relativas a la audiencia general del miércoles y la oración del Ángelus permanecerán inalteradas y difundidas. Los textos que, sin embargo, se distribuirán a los periodistas serán sólo los pronunciados por el Papa para garantizar al Vaticano una cierta vigilancia sobre las declaraciones espontáneas del pontífice.

En palabras sencillas y fuera de onda. Un cambio de rumbo motivado por la necesidad del Papa de no echar más leña al fuego involuntariamente.

Estas medidas se suman a otras barreras que Bergoglio ha ido planteando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la prohibición de organizar reuniones con la prensa internacional durante las visitas de Jefes de Estado, o incluso las preguntas en las entrevistas en el avión durante los viajes internacionales, que desde hace algunos años siempre han estado enjauladas para limitar las preguntas incómodas. Sólo se admiten preguntas si tienen una relación directa con el país visitado y su historia. Los periodistas en esta fase del pontificado marcada por grandes laceraciones internas en la Iglesia se mantienen a una debida distancia. Francisco prefiere elegir a sus interlocutores para entrevistas informales.

Últimamente, el pasaje de una entrevista concedida a CBS en la cual niega el diaconado a las mujeres ha creado una ola de protestas en el seno de la Iglesia, a pesar de las promesas hechas en varias ocasiones, sobre todo a la Iglesia alemana, que presiona con fuerza sobre este punto. Otro problema lo creó la conversación que mantuvo en privado con los familiares de los palestinos de Gaza, que recibió poco después del 7 de octubre. El Papa les habría hablado de genocidio por parte de los israelíes, como dijeron los palestinos a los periodistas. Al mismo tiempo, sin embargo, surgieron otras inconsistencias en las palabras confiadas a los familiares de las víctimas israelíes, definiendo a los milicianos de Hamás como terroristas.

En 2020, Francisco —debido a estas tormentas mediáticas— se vio incluso obligado a enviar una nota a todos los nuncios apostólicos para aclarar sus palabras sobre los homosexuales y las leyes que se discuten en los parlamentos. La porlvareda se levantó después de que el Papa —en una película sobre su pontificado— dijera que aprobaba leyes civiles para las parejas homosexuales, aunque esto contrastaba claramente con la doctrina de la Iglesia, que hasta ese momento nunca había desautorizada, lo que provocó vivas protestas de los obispos y cardenales. Al mismo tiempo, sin embargo, el director de la película, Evgeny Afineevsky —su amigo— confirmó a los periodistas que el propio Papa había tenido la oportunidad de ver la película íntegra y, de hecho, la había aprobado.

Luego vino el giro sobre la guerra en Ucrania. Desde aquel “la OTAN ladrando en las fronteras de Rusia” como si la intervención contra Kiev hubiera sido “provocada” por la OTAN, hasta la petición de rendición contenida en otra entrevista (en la televisión suiza) en la que hablaba de la valentía de levantar la bandera blanca. En otra ocasión definió a los chechenos y buriatos como crueles (entrevista con América, revista jesuita).

No han faltado episodios que han ofrecido material para polémicas. Hablando de manera improvisada, dijo que “al final todo feminismo acaba siendo ‘machismo’ con falda”. Una definición no precisamente feliz, dado que el machismo incluso había sido condenado en un documento del Vaticano. O cuando le dijo a un niño autista en una videollamada: “Nos volveremos a ver en el infierno”. El Papa lo había llamado tras recibir una conmovedora carta en la que contaba las dificultades vividas a causa del Coronavirus. El niño, Andrea, se sentaba todas las mañanas frente al televisor para seguir la misa que el Papa celebraba en su momento en Santa Marta durante el Covid.

Luego también el casus belli de los azotes a los niños caprichosos, de patear el trasero a los corruptos, de los católicos que tienen hijos como conejos, de los puñetazos a los que ofenden a la mamá y de los insultos a las monjas amargadas y solteronas. Sólo por mencionar los más conocidos.