Tuesday, September 17, 2024

Francisco, Uno de los 500 Más Influyentes de América Latina Según Bloomberg

¡Ay, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataron sus antepasados a los falsos profetas.

Lc 6, 26


Información de Bloomberg Línea, Sep-17-2024.

Papa Francisco, el pontífice argentino está en el top 500 de Bloomberg Línea
El líder de la Iglesia católica es una de las personas más influyentes de la región y del mundo. Por esto fue incluido en el listado de las personas más influyentes de América Latina

Por Redacción Bloomberg Línea
17 de septiembre, 2024


Bloomberg Línea —
Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, nació en Buenos Aires, Argentina, en 1936, y es el primer pontífice proveniente de América Latina y también el primer jesuita en la historia de la Iglesia católica en ocupar esta dignidad. Este año forma parte del listado de las personas más influyentes de América Latina, que elabora anualmente Bloomberg Línea.

Su elección, en marzo de 2013, marcó un momento significativo tanto para la región como para el mundo, ya que Francisco ha ejercido una influencia notable no solo en cuestiones religiosas, sino también en temas sociales, políticos y ambientales.

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Un papado marcado por el cambio

Desde su elección, Francisco ha promovido una visión de la Iglesia que pone énfasis en la cercanía a los fieles y en una perspectiva más pastoral y humilde. Conocido por rechazar algunas de las tradicionales pompas del cargo, como el uso de vehículos de lujo o vivir en el Palacio Apostólico, el Papa ha buscado acercarse a los sectores más vulnerables y marginados de la sociedad.

Bajo su liderazgo, la Iglesia ha enfrentado desafíos importantes, como la creciente secularización en muchas partes del mundo y las denuncias de abusos sexuales dentro del clero. En respuesta a estos problemas, Francisco ha impulsado reformas internas, con medidas que apuntan a la transparencia y la responsabilidad dentro de la institución. Aunque sus acciones en este frente han generado tanto apoyo como críticas, es innegable que su gestión ha puesto en el centro del debate a la Iglesia en temas que antes podían ser considerados tabúes.

El alcance global de su influencia

Con más de 1.390 millones de católicos en todo el mundo, la Iglesia católica sigue siendo una de las instituciones religiosas más grandes y antiguas del planeta. El papa Francisco, como cabeza de esta institución, tiene una influencia directa sobre estos fieles, pero su impacto va más allá del ámbito religioso.

En su encíclica Laudato Si’, publicada en 2015, el papa abordó la cuestión del cambio climático y la necesidad de una “ecología integral”. Esta intervención fue vista como un intento por vincular la doctrina católica con temas contemporáneos, como la crisis ambiental y la desigualdad económica, llamando la atención de líderes políticos, científicos y activistas a nivel mundial. Su insistencia en estos temas ha hecho que su figura sea relevante en foros internacionales como las Naciones Unidas, donde sus palabras tienen un peso significativo.

Un papa latinoamericano

La elección de un papa latinoamericano por primera vez en la historia ha tenido un impacto notable en la región. América Latina, hogar de alrededor del 40% de la población católica mundial, ha sido un bastión importante para la Iglesia durante siglos. Sin embargo, en las últimas décadas, la región ha experimentado una disminución del número de católicos, con un aumento de denominaciones protestantes y una creciente secularización. Francisco ha buscado revitalizar la Iglesia en esta área, enfocándose en las desigualdades sociales y económicas que afectan a muchos de sus países.

Reformas internas

El papa también ha intentado reformar la curia romana, la administración central de la Iglesia, con el objetivo de hacerla más eficiente y transparente. Desde el comienzo de su papado, Francisco ha hablado abiertamente sobre la necesidad de una mayor rendición de cuentas y de una gestión financiera más ética dentro del Vaticano. Estas reformas, aunque no siempre han sido rápidas ni fáciles de implementar, representan un cambio en la manera en que se maneja la jerarquía eclesiástica.

Además, Francisco ha impulsado una mayor apertura en cuestiones como la comunión para personas divorciadas y vueltas a casar, y ha buscado una posición más acogedora hacia la comunidad LGBTQ+. Estas decisiones han generado debates internos dentro de la Iglesia, con sectores más conservadores que han manifestado su desacuerdo, mientras que otros lo ven como un líder más inclusivo y moderno.

En resumen, el papa Francisco se destaca como una de las figuras más influyentes de Latinoamérica y del mundo por su liderazgo en una de las instituciones más antiguas y grandes del planeta, así como por su enfoque en los temas sociales y ambientales que afectan tanto a sus fieles como a la humanidad en general.

«No, Querido Papa, China no es un Ejemplo», editorial de Il Foglio

Editorial de Il Foglio, Sep-17-2024, y como decimos siempre, no se trata de un artículo. El editorial está basado sobre algunas de las declaraciones de Francisco en la conferencia de prensa concedida en el vuelo de regreso a Roma de su viaje a Asia y Oceanía. Traducción de Secretum Meum Mihi.

No, querido Papa, China no es un ejemplo

Francisco exalta el “modelo de diálogo”. Pregúntele a Hong Kong o a los uigures


A la larga serie de preguntas formuladas al Papa durante la habitual conferencia de prensa en el avión de regreso del viaje al Lejano Oriente, habría sido oportuno añadir otra: Santidad, pero ¿cuál es la diferencia entre Venezuela y China? Pregunta necesaria después de que Francisco descartara la cuestión venezolana con un simple “no, no he seguido la situación” y “no puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles”, pese a haber aclarado que “las dictaduras son inútiles y terminan mal, tarde o temprano”. Sobre el régimen de Beijing, respondiendo a una pregunta de la entusiasta editora del periódico chino Tianou Zhiku, Stefania Falasca, Francisco dijo que “China para mí es una ilusión (un deseo), en el sentido de que me gustaría visitar China, porque es un gran país; admiro a China, respeto a China. Es un país con una cultura milenaria, una capacidad de diálogo, de entendimiento que va más allá de los diferentes sistemas de gobierno que ha tenido. Creo que China es una promesa y una esperanza para la Iglesia”. Hasta aquí, nada nuevo: la posición papal al respecto se conoce desde hace tiempo. El problema es que, si bien no se ahorran duras definiciones sobre los candidatos a las elecciones presidenciales americanas (“El que arroja a los inmigrantes” y “el que mata niños”) y se evita cualquier comentario sobre las acciones de Nicolás Maduro, sobre China esparce incienso. ¿De verdad cree el Papa que Beijing es un ejemplo de una “capacidad de diálogo” que favorece el “entendimiento mutuo”? ¿Por qué no pide luces, por ejemplo, al cardenal obispo de Hong Kong, mons. Stephen Chow, preguntándole si esta vena dialogante está tan presente en el hacer diario de la política china. O quizás a los uigures, un pueblo que el Papa definió en 2020 como “perseguido”, antes de ser alineado públicamente por un funcionario de segunda categoría del régimen de Beijing. Quizás todo este diálogo sea más una esperanza que una realidad sólida.