Monday, February 26, 2024

La Iglesia católica belga quiere plantear a Roma la ordenación de mujeres diáconas y el fin del celibato obligatorio

¡Mire Usted, quién lo creyera del primer diario anticatólico de habla hispana, ha publicado una info progre!

Como es apenas elemental, todo aquello que vaya en menoscabo de la Iglesia es objeto de atención en El País (si no lo sabía, sépalo ahora), y en esta ocasión le dieron campo a una información proveniente de Bélgica que probablemente haya visto Usted anteriormente en otros medios, el prurito de estos obispos del diaconado femenino y los viri probati.

La Iglesia católica belga quiere plantear a Roma la ordenación de mujeres diáconas y el fin del celibato obligatorio

Los obispos de Bélgica proponen estas demandas en el sínodo convocado por el papa Francisco en octubre en Roma

SILVIA AYUSO
Bruselas - 26 FEB 2024


¿Qué enseñan la sociedad, la cultura, la época que vivimos? La pregunta que han planteado los obispos belgas para “discutir a nivel de la Iglesia universal” durante el sínodo convocado por el papa Francisco en octubre tiene al menos dos respuestas que remueven los cimientos de la Iglesia católica en el país y hasta en Roma: por un lado, concluyen que el lugar de la mujer ha evolucionado hasta el punto de que tiene todo el sentido que las mujeres puedan ser ordenadas diáconas —grado inmediatamente anterior al sacerdocio, con menos atribuciones, mediante el que se puede realizar algunas celebraciones litúrgicas, como el bautismo y el matrimonio— en el seno de la Iglesia. Además, advierten, la obligación del celibato de los sacerdotes está “vivamente cuestionada” y debería ser abolida para permitir la ordenación de los viri probati, hombres casados y con familia.

“La atribución de una responsabilidad pastoral creciente a las mujeres, así como la ordenación diaconal de mujeres, no deben ser universalmente obligatorias o prohibidas”, escriben los obispos belgas —tanto francófonos como flamencos— en el borrador del texto que han distribuido entre las diócesis del país para preparar su posición de cara al encuentro episcopal en Roma en el mes de octubre, en el que se concluirán los trabajos del Sínodo sobre la Sinodalidad fijados por el Vaticano en torno al tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

Según los obispos belgas, “la igualdad de sexos, la importancia de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no son tendencias de moda, sino desarrollos que refuerzan la comprensión del Nuevo Testamento de la igualdad de hombres y mujeres en Cristo”. A ello se une, continúan, la constatación de que “cada vez más mujeres asumen responsabilidades pastorales”. De ahí que sea lícita la cuestión de “saber si las mujeres pueden también ser admitidas al ministerio ordenado del diaconato”, concluyen. Una pregunta que consideran se responde con un sí rotundo que debería dar “luz verde para que las conferencias episcopales o las asambleas episcopales continentales puedan adoptar algunas medidas”, como la de la ordenación de mujeres como diáconos.

A favor de la ordenación sacerdotal de los ‘viri probati’

De igual modo, los obispos belgas también apelan en su texto a mirar de frente la realidad de una Iglesia católica que tiene cada vez más problemas para reclutar nuevos sacerdotes. Una traba que, según ellos, se debe en buena parte al “cuestionamiento vivo” en la sociedad de la obligación del celibato para los curas y los diáconos que han enviudado, señalan. De ahí que proponen demandar que “cada conferencia de obispos o asamblea episcopal continental pueda tomar ciertas medidas de cara a la ordenación sacerdotal de los viri probati, ordenar a hombres casados de edad madura”.

“La ordenación sacerdotal de los viri probati no debe ser universalmente obligatoria o prohibida”, subrayan en su borrador, que las diócesis tendrán tiempo hasta mediados de mayo para revisar, discutir y enmendar antes de que se proceda a la elaboración del texto final que llevarán a Roma para la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos fijada para octubre.

Los planteamientos sobre la mujer y el celibato sacerdotal no son nuevos. Ni en Bélgica, donde el presidente de la conferencia episcopal, el cardenal Jozef de Kesel, lleva hablando de ellos desde hace más de una década, ni en el seno más amplio de la Iglesia católica: el Papa se ha declarado totalmente contrario a dar marcha atrás en la obligación de celibato para sacerdotes —”Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley sobre el celibato”, llegó a decir— y también ha cerrado la puerta a la ordenación sacerdotal femenina. A la vez, sin embargo, el propio Francisco ha pedido en los últimos años estudiar la cuestión de las mujeres diáconas (a una comisión de expertos). Y en el Sínodo de la Amazonia de 2019, se planteó también la ordenación de hombres casados y con familias (conocidos como viri probati) para poder paliar la falta de vocaciones en lugares remotos del mundo.

Ninguna de las dos discusiones ha tenido aún resultados tangibles, aunque el Papa tampoco ha cerrado del todo la puerta a estas cuestiones. De ahí que la propuesta de los obispos belgas, si es que sale adelante en los meses que aún quedan hasta la nueva cita en Roma, podría servir de cuña para reabrir un debate que en algunos países, como en Alemania, ha ido incluso mucho más allá en su propio Camino Sinodal Alemán, para enfado del Vaticano.

Tampoco es la primera vez que la Iglesia de Bélgica, que este mismo año recibirá la visita del papa Francisco, desafía a Roma: en septiembre de 2002, los obispos de habla flamenca autorizaron la bendición de parejas homosexuales en aras de “una Iglesia acogedora que no excluye a nadie”.

En el último párrafo hay un error, suponemos de digitación, donde dice “2002” debería decir “2022”.

Intentan envenenar con lejía en el cáliz a un cura antimafia

Este es un artículo de Alfa & Omega, Feb-26-2024.

Intentan envenenar con lejía en el cáliz a un cura antimafia

Felice Palamara, párroco de la aldea calabresa de Cessaniti, notó un olor extraño cuando iba a comulgar. «Mi venganza es el perdón», asegura

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo | 26 de Febrero de 2024


Sucedió en la misa verpertina del sábado en la parroquia de San Nicolás de Pannaconi, en Cessaniti, un pueblo de la región de Calabria, cuna de la mafia más peligrosa de Italia, la ‘Ndrangheta. Cuando el párroco, Felice Palamara, se disponía a comulgar, notó un olor fuerte a lejía en el cáliz, por lo que paró la celebración y se declaró indispuesto para poder continuar. Seguidamente llamó a la Policía, que descubrió que en las vinajeras alguien había vertido lejía con el propósito de envenenarle.

No es la primera vez que Palamara recibe un aviso de la mafia, debido a sus continuos llamamientos al respeto de la ley en una zona en la que el mismo Ayuntamiento de Cessaniti se encuentra intervenido tras presuntas conexiones del alcalde con redes de extorsión. No hace ni siquiera un mes su coche apareció dañado y en su buzón recibió varias cartas amenazándolo de muerte, por lo que ahora la Policía le está protegiendo con vigilancia 24 horas al día.

Sin embargo, el párroco ha reaccionado en su cuenta de Facebook afirmando que «mi venganza es el amor, y mi escudo es el perdón. Mi acción será la bienvenida; mi palabra, la oración; y mi gesto, un corazón abierto». Así, ante las presiones recibidas, señala que «no voy a ser intimidado, porque más allá de todo, sea quien sea el que ha hecho esto, para mí será siempre un hermano al que amar».

Palamara ha recibido también el apoyo de su obispo, Attilio Nostro, que en un comunicado hecho público por la diócesis de Mileto-Nicotera-Tropea, denuncia «estos actos intimidatorios que nada tienen que ver con la vida cristiana normal de las parroquias». Junto a ello, el prelado pide a las comunidades cristianas «que no se dejen desanimar por este lenguaje de violencia. No debemos ceder a esta lógica, dejándonos tentar por la desesperación y la ira. No podemos aceptar este lenguaje respondiendo al odio con odio, porque no es posible dialogar verdaderamente con quienes se niegan a hacerlo».

Sor Linda Pocher, teóloga que reunió a Francisco con una obispa anglicana: «El Papa no está en contra del diaconado femenino»

Aparece hoy en El Debate una entrevista con sor Linda Pocher (primera a la derecha en la foto), teóloga que organizó la presencia en la más reciente reunión del consejo de cardenales, C-9, de una obispa anglicana. Entre otras cosas, en esta entrevista Pocher anuncia que la intervención de esta obispa para dicha ocasión va a ser publicada proximamente y, no menos importante, en la última respuesta esboza una posible forma en la cual se introducirán las diaconisas en la Iglesia.

–¿Cómo fue la experiencia de organizar la participación de Jo Bailey Wells, obispa anglicana, en la reunión con el grupo de cardenales asesores del Papa Francisco sobre el «mundo de las mujeres en la Iglesia»?

–La experiencia fue, en primer lugar, una vivencia de fraternidad y amistad ecuménica para mí. Jo Wells es una persona muy colaboradora y motivada por un gran deseo de comunión entre las iglesias. Fue muy enriquecedor conocer el proceso experimentado por la Iglesia anglicana en relación con la ordenación de mujeres, que la obispa compartió con nosotros con sinceridad, sin ocultar las dificultades. Creo que también para el Papa y el C9 fue una oportunidad de conocer una realidad diferente a la católica, y este conocimiento de lo diferente nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos y nuestras convicciones.

–¿Cuál fue la razón detrás de la elección de Jo Bailey Wells para compartir la experiencia de la Iglesia anglicana en la introducción de diaconisas, sacerdotisas y obispas? ¿Se tuvo en cuenta la perspectiva de los anglocatólicos que tienen una visión negativa de este proceso?

–Creo que, dado que como católicos vivimos en el mundo y no fuera de él, es importante conocer también las experiencias de los demás. Especialmente cuando nos enfrentamos a una situación que desafía nuestras costumbres, como la demanda de las mujeres de tener un mayor espacio y reconocimiento en la Iglesia. Tanto en su conferencia, que se publicará en unos meses gracias a las ediciones Paoline, como en el diálogo con el Papa y los cardenales, la obispa también nos habló de aquellos que tienen una visión negativa de este proceso, por supuesto.

–¿Cómo describe el papel del Papa Francisco en relación con el diaconado femenino y su interés en comprender cómo implementar este ministerio en la Iglesia Católica?

–No he tenido la oportunidad de preguntar directamente al Papa sobre su pensamiento respecto al diaconado femenino, y ciertamente no soy la portavoz del Papa. Sin embargo, me parece que sus acciones a lo largo de su pontificado, que están a la vista de todos, son transparentes desde este punto de vista: el Papa ha nombrado ya dos comisiones de estudio sobre el tema, e incluso el documento final de la primera sesión del sínodo afirma que es necesario continuar la investigación. Me parece que esto indica que el Papa no está en contra del diaconado femenino, sino que, con prudencia, confía en el estudio de los expertos y en el diálogo de la asamblea sinodal para buscar juntos cómo actualizar este ministerio, que sabemos estaba presente en la Iglesia antigua, pero que debe adaptarse a las necesidades y sensibilidades de los creyentes de hoy, obviamente respetando la tradición.

–¿Puede proporcionar más detalles sobre las posiciones expresadas por los cardenales durante la reunión? ¿Hubo objeciones significativas y cómo se abordaron?

–Los cardenales que participan en el C9 provienen de contextos culturales muy diversos y expresan sensibilidades diferentes. Lo que los une es la disposición a escuchar y dialogar, en un ambiente de libertad espiritual que ciertamente es fomentado por el estilo de liderazgo del Papa Francisco. Me parece que el deseo de dar más espacio a las mujeres es generalmente compartido, pero la forma de llevar a cabo este deseo está fuertemente condicionada por las diferencias culturales. En cuanto al diaconado, diría que para algunos, la preocupación de que esta elección pueda llevar a una «clericalización» de las mujeres es bastante fuerte. Por eso es importante reflexionar sobre el «cómo» antes de tomar decisiones. Aparte de esto, no creo que sea apropiado de mi parte ser intérprete del pensamiento de los cardenales. Si desea conocer su opinión, le sugiero que se la solicite directamente a ellos.

–En relación con la perspectiva de ampliar los derechos a los bautizados, ¿cómo cree que esto cambiará la dinámica entre el ministerio ordenado y el diaconado femenino?

–No creo haber hablado nunca del ministerio como un «derecho», aunque he leído esta declaración atribuida a mí en algunos artículos. No se trata de derechos, sino de posibilidades. Creo que es importante discernir los carismas personales, independientemente del estado de vida, para que todos los bautizados puedan contribuir a la construcción del Reino. Durante muchos siglos, la Iglesia ha conocido un único ministerio instituido: el sacerdotal, en sus diversos grados. Una Iglesia en la que los ministerios son muchos y no solo uno podría asemejarse más a ese cuerpo con muchas partes del cual habla San Pablo en sus cartas. Cómo realizar esta pluralidad, esta comunión de diferentes carismas y diferencias, es precisamente el camino que el Sínodo está llamado a discernir.

–¿Cuál es su opinión sobre la propuesta presentada en el documento de la Comisión Teológica Internacional (CTI) en 2002, que trata sobre la posible restauración del papel de las diaconisas en la Iglesia? Considerando que el texto destaca que ciertamente existía un ministerio de diaconisas en el pasado, desarrollado de manera desigual en diversas partes de la Iglesia y no era simplemente equivalente al diaconado masculino. ¿Cree que la posibilidad de restablecer el papel de las diaconisas debería ser discernida por el Magisterio de la Iglesia en los tiempos actuales para contribuir a la vida de la comunidad cristiana?

–Ciertamente, la experiencia de las antiguas Iglesias en relación con las diaconisas es un elemento importante. Sin embargo, creo que el punto no es restaurar algo del pasado, sino escuchar lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias hoy y actuar en consecuencia. Personalmente, creo que un buen camino podría ser dejar a las Iglesias locales un margen de experimentación, incluso con formas diversas, según la cultura y las necesidades pastorales concretas.

Francisco sigue con gripa, suspendidas audiencias del Lunes

Una nueva “comunicación a los periodistas” de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Feb-26-2024. Nuestra traducción.

Persisten los síntomas leves gripales, sin fiebre. Sin embargo, las audiencias de esta mañana han sido suspendidas por precaución.

El pasado Sábado se habia informado de ellos, al tiempo que se suspendieron las audiencias de aquel día. No obstante, el rezo del Ángelus dominical se realizó sin aparente sobresaltos, breve eso sí.