Para nosotros es claro que esta entrevista en tiempos de cónclave está destinada a eliminar del camino al entrevistado. De todos modos no iba a ser elegido. Hablamos del cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe y enlistado por los bergoglianos en el contingente de “enemigos” de Francisco, quién es entrevistado en el periódico La Repubblica, Abr-24-2025. Nuestra traducción.
Follow @SECRETUMMEUMCardenal Müller: “Se cierra una era, sobre los gay y el Islam hay tanta ambigüedad”
por Iacopo Scaramuzzi
24 de abril de 2025
“El futuro Papa no es un sucesor de su predecesor, sino un sucesor de Pedro”: estas son las palabras del cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, miembro del ala conservadora del Colegio Cardenalicio.
Eminencia, ¿cuáles son sus sentimientos en este momento?
«Se ha cerrado un capítulo en la historia de la Iglesia. Claramente el último juicio pertenece a Dios, nosotros no podemos juzgar a las personas. Sin embargo, si hablamos del pontificado hay diferentes opiniones. Hay un reconocimiento unánime del compromiso de Francisco con los migrantes, los pobres y la superación de las divisiones entre el centro y la periferia. Por otro lado, a veces, sin embargo, era un poco ambiguo, por ejemplo cuando habló con Eugenio Scalfari sobre la resurrección. Con el Papa Benedicto tuvimos una claridad teológica perfecta, pero cada uno tiene sus carismas y sus capacidades y creo que el Papa Francisco las tenía más en la dimensión social».
¿Usted apreció que Francisco hubiera gobernado hasta su último aliento, sin dimitir?
«Sí. Claramente no quiero criticar al Papa Benedicto por su decisión, pero siempre he dicho que debemos evitar la impresión de que la misión del Papa es solo una función. La renuncia debe ser una excepción; no se puede pensar que los apóstoles se han jubilado...».
En su opinión, ¿debería el próximo Papa cambiar la bendición de las parejas homosexuales?
«Debe aclararlo. El documento aprobado bajo Francisco quería ayudar pastoralmente a estas personas pero no se debe relativizar la doctrina católica sobre el matrimonio».
Usted dijo que las asambleas convocadas por el Papa eran un simple simposio.
«Los obispos tienen una autoridad que no puede confundirse con la posibilidad de hablar de todos los bautizados. Es un simposio, legítimo, pero no es un sínodo, no es una expresión del magisterio de la Iglesia. Claramente que los que no entienden nada o poco de teología católica dicen: ahora el Papa está cambiando la Iglesia de una autocracia a una democracia. Pero la premisa errónea es confundir la Iglesia con una organización política, como el Foro Económico Mundial o la ONU».
El Papa Francisco ha nombrado a una mujer como prefecta de un dicasterio vaticano: ¿sería bueno repetir este tipo de elección en el futuro?
«El problema no es la mujer, el problema es un laico llamado a presidir lo que una vez fue una congregación, que es expresión de la autoridad del colegio cardenalicio. La impresión de la gente desde fuera ha sido: ¡Ah, por fin una mujer! Y creo que cuando se trata de oficios administrativas como la Gobernación no hay problema en que sea gestionada por laicos, pero la Curia Romana es un ente eclesiástico».
El Papa Francisco se ha comprometido mucho en el diálogo con el Islam: ¿debería continuar así en su opinión?
«Ya santo Tomás de Aquino distinguía: en el plano de la razón podemos dialogar con ellos: respetan ciertos principios de la ética natural y creen en Dios a su propia manera. Pero es necesario preguntarse cómo es posible que alguien que cree en Dios, creador de todos los hombres, pueda matar en nombre de Dios. Diálogo sí, pero evitando cualquier forma de relativismo: la fe católica no es una expresión singular de una religión universal del mundo creada por el foro de Davos».
Bergoglio ha firmado un acuerdo histórico con China: ¿se continuará por este camino?
«Se debe hacer un compromiso con estos poderosos dictadores, pero no podemos traicionar los principios de nuestra fe, no podemos aceptar que los comunistas ateos, enemigos de la humanidad, escriban nuestros libros de catecismo o lleven la imagen de Xi Jinping a las iglesias. No podemos aceptar que los comunistas nombren a los obispos».
¿Qué debe hacer el próximo Papa y qué perfil debe tener?
«Todo Papa debe servir a la misión de San Pedro: es servus servorum Dei. El futuro Papa no es un sucesor de su predecesor, sino un sucesor de Pedro».
¿Cree Usted que sus posiciones son compartidas en el Colegio Cardenalicio? ¿Se siente minoría?
«Puede ser que algunos digan: estos teólogos hablan, otros son pragmáticos, piensan más en el poder, en la influencia… No lo sé. Todos debemos recordar que somos el cuerpo místico de Cristo y no una organización humanitaria y social internacional. Esto agrada a mucha gente secularizada, a la élite, a los oligarcas, a quienes les gustaría que el Papa fuera un símbolo de su religión, pero el Papa no es un símbolo de la religión secularizada».