Saturday, May 10, 2025

Vaticano Reconoce Milagro Eucarístico En Iglesia De Kerala, India

¿Este es un reconocimiento con las normas de Tucho?, ¿querrá decir que proximamente desde el Vaticano nos van a dar a conocer la información oficial?, ¿van contundentemente a afirmar sin ambajes que no se trata de un caso de pareidolia ó van a dejar una endija para que el que quiera calificarla como tal lo haga? A nosotros nos parece que este caso fue estudiado con las anteriores normas, pero podríamos estar equivocados.

Este es un artículo de Matters India, May-09-2025. Traducción de Secretum Meum Mihi.

Vaticano reconoce milagro Eucarístico en iglesia de Kerala

José Kavi
9 de Mayo de 2025


Vilakkannur, 9 de Mayo de 2025: El Vaticano aprobó la aparición como un milagro eucarístico del rostro de Cristo en una Sagrada Hostia durante una Misa en una iglesia de Kerala hace 12 años.

El arzobispo Joseph Pamplany de Tellicherry dijo el 9 de Mayo que el nuncio apostólico en India había transmitido el reconocimiento del Vaticano a la archidiócesis.

El arzobispo hizo la confirmación oficial en una ceremonia en la Iglesia de Cristo Rey en Vilakkannur, un pueblo en el distrito de Kannur de Kerala y una parroquia bajo la archidiócesis, donde ocurrió el milagro el 15 de noviembre de 2013.

El padre Mathew Paravarakath, actual párroco, dijo a Shalom TV que él y la comunidad parroquial están encantados de que sus oraciones por el reconocimiento del Vaticano finalmente hayan sido respondidas.

Dijo que el reconocimiento ayudará a aumentar la fe de la gente en la Eucaristía y fortalecer aún más la fe.

El milagro se convertirá en una fuerza no sólo para la parroquia sino para la Iglesia global, añadió.

Siete años después del milagro, la arquidiócesis en Enero de 2020 envió la Hostia a Roma a través del nuncio apostólico para estudios como parte de un proceso para declararla como milagro eucarístico.

Hasta entonces, la Hostia se conservaba en la Casa Arzobispal después de ser retirada de la parroquia tres días después del fenómeno.

El fenómeno ocurrió durante la Misa de la mañana celebrada por el entonces párroco, padre Thomas Pathickal.

Al narrar el incidente, el Padre Pathickal declaró a Matters India que, al momento de la elevación, notó una mancha en el pan grande usado para la consagración. “Se hizo más grande y brillante, y pronto apareció un rostro”.

El sacerdote dijo que había dejado la hostia a un lado y continuó la Misa usando otra hostia guardada en el tabernáculo.

Después de la Misa, mostró la Hostia al sacristán, quien le dijo que era el rostro de Jesús. Después de la Misa, el sacerdote colocó la Hostia en una custodia y la mantuvo en el altar para la adoración.

El padre Pathickal dijo que el rostro brillante todavía se veía cuando encerró la hostia dentro del tabernáculo alrededor de las 11 am según las instrucciones del entonces arzobispo George Valiamattam.

El sacerdote también dijo que el fenómeno ocurrió mientras la parroquia se preparaba para la fiesta de Cristo Rey el 24 de Noviembre de 2013.

Cuando se difundió la noticia del milagro, miles de personas acudieron a la iglesia de la remota aldea, a unos 50 kilómetros al este de la ciudad de Kannur.

Altos funcionarios de la policía y del departamento de vigilancia del distrito llegaron al lugar mientras personas y vehículos bloqueaban la carretera a Paithalmala, un famoso lugar para el turismo de aventura.

La archidiócesis había enviado un equipo de tres miembros para investigar el fenómeno y llevaron la hostia a la archidiócesis.

El padre Pathil explicó que la Iglesia no fomenta la popularización de tales incidentes.

Fundada en 1962, la parroquia tiene más de 500 familias y 1.250 católicos, la mayoría de ellos de segunda y tercera generación que emigraron allí desde el centro de Kerala el siglo pasado.

En otro artículo sobre la misma materia de CNews Live, May-10-2025, se añade (nuestra traducción):

Un evento significativo para marcar este reconocimiento tendrá lugar en Vilakkannur el sábado 31 de Mayo a las 14:30 horas, cuando el arzobispo Leopoldo Girelli, Nuncio Apostólico y representante del Papa León XIV en la India, presidirá la celebración eucarística y proclamará oficialmente el milagro en nombre del Vaticano.


Entradas Relacionadas: India: En Vilakkannur Se Reconoce El Primer Milagro Eucarístico.

León XIV En Basílica De Santa María La Mayor

Vamos a ver como va ajustando la comunicación en los medios del Vaticano con el andar de los días, porque al informar Vatican News que hoy León XIV estuvo en Santa María la Mayor, lo que destacan es que estuvo “rezando ante la tumba de Francisco”, como si fuera más importante que saludar a la propietaria, es decir a la Salus Populi Romani, lo dicen sí, pero casi como un apéndice, un añadido secundario y casi sin importancia.

León XIV rezando ante la tumba de Francisco

Esta tarde, de regreso de la visita al Santuario de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, el Papa León XIV llegó a Santa María la Mayor, donde se detuvo a rezar ante la tumba del Papa Francisco y el icono de la Virgen, Salus Populi Romani.

Vatican News


Esta tarde, de regreso al Vaticano, después de haber visitado el Santuario de Santa María del Buen Consejo en Genazzano, a unos cincuenta kilómetros de Roma, el Papa León XIV llegó en coche a Santa María la Mayor, donde se detuvo a rezar ante la tumba del Papa Francisco y el icono de la Virgen, Salus Populi Romani.

León XIV Por Sorpresa En Santuario Virgen Del Buen Consejo De Genazzano

Las diferentes cuentas en X de Vatican News informan que hoy, May-10-2025, León XIV se ha dirigido por sorpresa al santuario de la Virgen del Buen Consejo de Genazzano, que es un santuario agustino a unos 65 Kms. de Roma.


Actualización May-10-2025 (18:33 UTC): Este es el artículo que publicó al respecto Vatican News. También Vatican Media ha proporcionado a la agencias noticiosas una colección de fotos, publicamos una de ellas.

El Papa León XIV visita el santuario de la Madre del Buen Consejo de Genazzano

La tarde de este sábado, 10 de mayo, poco después de las 16.00 hora de Roma, el Papa León XIV llegó al Santuario de la Madre del Buen Consejo en Genazzano, a las afueras de la capital italiana, para una visita privada. El Papa saludó a la gente en la plaza y rezó ante el icono de la Virgen: “Tenía muchas ganas de venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha encomendado, para llevar adelante la misión como Sucesor de Pedro”.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano


La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer a través de su canal de Telegram que, la tarde de este sábado, 10 de mayo, poco después de las 16.00 hora de Roma, el Papa León XIV llegó al Santuario de la Madre del Buen Consejo en Genazzano, a las afueras de Roma, para una visita privada. El santuario, regentado por los religiosos de la Orden de San Agustín, alberga una antigua imagen de la Virgen, muy querida por la Orden de los Agustinos y en memoria de León XIII.

El Papa en oración ante la Madre del Buen Consejo

Asimismo, la Oficina de Prensa del Vaticano señaló que, “tras la festiva acogida por parte de varios centenares de personas reunidas en la plaza frente al Santuario, el Papa entró en la iglesia, donde saludó a los religiosos y se detuvo a rezar, primero delante del altar y luego delante de la imagen de la Virgen, donde con los presentes recitó la oración de Juan Pablo II a la Madre del Buen Consejo”.

El Papa reiteró su «confianza en la Madre del Buen Consejo»

Al final, después de recitar el Ave María y cantar la Salve Regina, el Papa León XIV se dirigió a los presentes en la iglesia, saludándolos a quienes estaban en el templo y a los “genazzanos” que estaban reunidos fuera de la iglesia.

“He deseado mucho venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado, para llevar adelante esta misión como Sucesor de Pedro”.

Y recordando la visita realizada tras su elección como Prior General de la Orden de San Agustín (en 2001), y la elección de «ofrecer la propia vida a la Iglesia», el Papa reiteró su «confianza en la Madre del Buen Consejo», compañía «de luz, de sabiduría» con las palabras que María dirigió a los sirvientes el día de las bodas de Caná, narradas en el Evangelio de Juan: «Hagan lo que Él les diga».

Luego, junto con la comunidad agustina, el Papa se dirigió a una sala interior para un encuentro privado.

La visita de otros Papas al santuario

El santuario, regentado por los religiosos de la Orden de San Agustín, alberga una antigua imagen de la Virgen, procedente de Scutari (Albania), muy querida por la Orden y en memoria de León XIII, Papa que nunca llegó a visitarlo pero que en 1903 lo elevó a la dignidad de basílica menor.

Otros Papas habían recurrido a la Madre del Buen Consejo: Juan XXIII en 1959 y Juan Pablo II en 1993. Hoy, en cambio, es el Papa León XIV, quien siendo cardenal, el 25 de abril de 2024, celebró la Misa en el Santuario con ocasión de la fiesta de la “Venida” de la Madre del Buen Consejo. En su homilía, el entonces cardenal Prevost expresó su devoción a la Virgen, instando a los fieles a inspirarse en María para difundir la paz y la reconciliación en el mundo.

Removida Chimenea De La Capilla Sixtina

Instalada el pasado May-02-2025 en la Capilla Sixtina, la chimenea que es el único medio por el cual se comunican los cardenales que participan en el cónclave y solamente para anunciar la elección o no de un nuevo Papa, ha sido hoy desmontada por los bomberos del Vaticano.

Este Es El Escudo De Armas Y El Lema De León XIV

Esta es una información de Vatican News, May-10-2025.

Fue publicado el escudo y el lema del Papa León XIV

"In Illo uno unum" son las palabras, pronunciadas en un sermón de San Agustín, que el Pontífice eligió como lema episcopal. Una referencia al Obispo de Hipona también en el escudo con la imagen de un libro cerrado con un corazón atravesado por una flecha encima.

Vatican News


Este sábado, 10 de mayo, se publicaron el escudo y el lema del Papa León XIV, así como la imagen del nuevo Pontífice elegido.

El escudo de León XIV

El escudo está dividido diagonalmente en dos sectores: la parte superior tiene fondo azul y presenta un lirio blanco; la parte inferior tiene un fondo claro y presenta una imagen que recuerda a la Orden de San Agustín: un libro cerrado en el que hay un corazón atravesado por una flecha. La imagen recuerda la experiencia de la conversión de san Agustín que él mismo explicó con las palabras «Vulnerasti cor meum verbo tuo», «Has traspasado mi corazón con tu Palabra».

El lema: «In Illo uno unum»

En sus rasgos esenciales, pues, León XIV confirmó el escudo precedente, elegido para su consagración episcopal, así como el lema «In Illo uno unum». Estas son las palabras que pronunció san Agustín en un sermón, la Exposición del Salmo 127, para explicar que «aunque los cristianos seamos muchos, en el único Cristo somos uno».

En una entrevista con medios del Vaticano en julio de 2023, el entonces cardenal Prevost explicó: «Como se desprende de mi lema episcopal, la unidad y la comunión forman parte del carisma de la Orden de San Agustín y también de mi forma de actuar y pensar. Creo que es fundamental promover la comunión en la Iglesia, y sabemos bien que comunión, participación y misión son las tres palabras clave del Sínodo. Por lo tanto, como agustino, para mí promover la unidad y la comunión es fundamental. San Agustín habla mucho de la unidad en la Iglesia y de la necesidad de vivirla».


Entradas Relacionadas: Explicación Oficial Del Escudo Y Lema De León XIV.

He Aquí La Principal Razón Para La Elección De Su Nombre, Discurso de León XIV A Los Cardenales

Como se había anunciado, se cumplió hoy el encuentro de León XIV con los cardenales en el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano. Durante el discurso, León XIV se refirió a la principal razón por la cual escogió dicho nombre. Ese encuentro no ha sido transmitido ni se conoce en su totalidad, apenas fragmentos proporcionados por Vatican Media, como el que aparece aquí, pero al final hubo una especie de sesión de preguntas y respuestas de la cual sería interesante conocer sus contenidos.

Muchas gracias, Eminencia:

Antes de sentarnos comencemos con una oración, pidiendo que el Señor siga acompañando el Colegio y a toda la Iglesia con este espíritu y entusiasmo, que es sin embargo de profunda fe. Recemos juntos en latín: Pater noster… Ave María…

En la primera parte del encuentro hay un pequeño discurso con las reflexiones que quisiera compartir con ustedes. Pero después habrá una segunda parte, que muchos han solicitado, será una especie de diálogo con el Colegio Cardenalicio en el cual poder escuchar los consejos, las sugerencias, las propuestas concretas, de las cuales que ya se ha hablado en los días anteriores al cónclave.

Hermanos cardenales:

Los saludo y les agradezco a todos por este encuentro y por los días que lo han precedido, dolorosos por la pérdida del Santo Padre Francisco, arduos por las responsabilidades afrontadas juntos y, al mismo tiempo, según la promesa que Jesús mismo nos ha hecho, ricos de gracia y de consolación en el Espíritu (cf. Jn 14,25-27).

Ustedes, queridos cardenales, son los más estrechos colaboradores del Papa, y esto me sirve de consuelo al aceptar un yugo que claramente supera no sólo mis fuerzas, sino a las de cualquier otro. Su presencia me recuerda que el Señor, que me ha confiado esta misión, no me deja solo con la carga de esta responsabilidad. Ante todo, sé que cuento siempre, siempre, con su auxilio, el auxilio del Señor, y, por su Gracia y Providencia, con la cercanía de ustedes y de tantos hermanos y hermanas que en el mundo entero creen en Dios, aman a la Iglesia y sostienen con la oración y las buenas obras al Vicario de Cristo.

Mi agradecimiento al Decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re —merece un aplauso, al menos uno, si no más— que, con su sabiduría, fruto de una larga vida y de muchos años de fiel servicio a la Sede Apostólica, nos ha ayudado mucho en este tiempo. También agradezco al Camarlengo de la santa Iglesia romana, el cardenal Kevin Joseph Farrell —creo que está aquí presente—, por el valioso y difícil papel que ha desempeñado durante el tiempo de la Sede Vacante y la convocación del cónclave. Dirijo también mi pensamiento a los hermanos cardenales que, por razones de salud, no han podido estar presentes y, junto con ustedes, me uno a ellos en comunión de afecto y oración.

En este momento, a la vez triste y alegre, envuelto providencialmente en la luz de la Pascua, quisiera que contempláramos juntos el tránsito del recordado Santo Padre Francisco y el cónclave como un acontecimiento pascual, una etapa del largo éxodo a través del cual el Señor sigue guiándonos hacia la plenitud de la vida. En esta perspectiva, confiamos al «Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo» (2 Co 1,3) el alma del Pontífice difunto y también el futuro de la Iglesia.

El Papa, desde san Pedro hasta mí, su indigno sucesor, es un humilde siervo de Dios y de los hermanos, y nada más que esto. Lo han demostrado bien los ejemplos de muchos de mis predecesores, como el del Papa Francisco mismo, con su estilo de total dedicación al servicio y de sobria esencialidad de vida, de abandono en Dios durante el tiempo de la misión y de serena confianza en el momento del retorno a la Casa del Padre. Recojamos esta valiosa herencia y retomemos el camino, animados por la misma esperanza que nos viene de la fe.

Es el Resucitado, presente en medio de nosotros, quien protege y guía a la Iglesia, y continúa a reavivarla en la esperanza, a través del amor que «ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado» (Rm 5,5). A nosotros nos toca ser dóciles oyentes de su voz y ministros fieles de sus designios de salvación, recordando que Dios ama comunicarse, más que en el fragor del trueno o del terremoto, en «el rumor de una brisa suave» (1 R 19,12) o, como lo traducen algunos, en una “sutil voz de silencio”. Este es el encuentro importante, que no hay que perder, y hacia el cual hay que educar y acompañar a todo el santo Pueblo de Dios que nos ha sido confiado.

En los días pasados hemos podido ver la belleza y sentir la fuerza de esta inmensa comunidad que, con tanto afecto y devoción, ha despedido y llorado a su Pastor, acompañándolo con la fe y la oración hasta su encuentro definitivo con el Señor. Hemos visto cuál es la verdadera grandeza de la Iglesia, que vive en la variedad de sus miembros, unidos a su única Cabeza, Cristo «Pastor y Guardián» (1 P 2,25) de nuestras almas. Ella es el vientre en el que también nosotros fuimos generados y, al mismo tiempo, la grey (cf. Jn 21,15-17), el campo (cf. Mc 4, 1-20) que se nos ha entregado para que lo cuidemos y lo cultivemos, lo alimentemos con los Sacramentos de salvación y lo fecundemos con la semilla de la Palabra, de manera que, sólido en la concordia y entusiasta en la misión, camine, como una vez los israelitas en el desierto, a la sombra de la nube y a la luz del fuego de Dios (cf. Ex 13,21).

Y a este propósito, quisiera que renováramos juntos, hoy, nuestra plena adhesión a ese camino, a la vía que desde hace ya decenios la Iglesia universal está recorriendo tras las huellas del Concilio Vaticano II. El Papa Francisco ha recordado y actualizado magistralmente su contenido en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, de la que me gustaría destacar algunas notas fundamentales: el regreso al primado de Cristo en el anuncio (cf. n. 11); la conversión misionera de toda la comunidad cristiana (cf. n. 9); el crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad (cf. n. 33); la atención al sensus fidei (cf. nn. 119-120), especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular (cf. 123); el cuidado amoroso de los débiles y descartados (cf.n. 53); el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades (cf. n. 84, Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 1-2).

Se trata de los principios del Evangelio que animan e inspiran, desde siempre, la vida y la obra de la Familia de Dios; de los valores a través de los cuales el rostro misericordioso del Padre se ha revelado y continúa a revelarse en el Hijo hecho hombre, esperanza última de todos los que busquen con ánimo sincero la verdad, la justicia, la paz y la fraternidad (cf. Benedicto XVI, Carta enc. Spe salvi, 2; Francisco, Bulla Spes non confundit, 3).

Precisamente, al sentirme llamado a proseguir este camino, pensé tomar el nombre de León XIV. Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo.

Queridos hermanos, quisiera terminar esta primera parte de nuestro encuentro haciendo mío ―y proponiéndoselo también a ustedes― el deseo que san pablo VI, en 1963, expresó en el inicio de su ministerio petrino: «Que sobre el mundo entero pase una gran llama de fe y de amor que ilumine a todos los hombres de buena voluntad, allanando los caminos de la colaboración recíproca y que atraiga sobre la humanidad, la abundancia de la benevolencia divina, la fuerza misma de Dios, sin cuya ayuda nada vale ni nada es santo» (Primer Mensaje al mundo entero Qui fausto die, 22 junio 1963).

Que sean también estos nuestros sentimientos y, con la ayuda del Señor, los traduzcamos en oración y compromiso. Gracias.

León XIV Guiará La Iglesia Con Serenidad, Carta Del Cardenal Pietro Parolin

El cardenal Pietro Parolin, ya Ustedes deben saberlo, era en teoría el candidato más opcionado a convertirse en el sucesor de San Pedro en el recientemente terminado cónclave, eso decían. Pues bien, el periódico IL Gionale di Vicenza obtuvo un escrito del cardenal Parolin, el cual llaman “su reflexión”, sobre la elección de León XIV, la cual publican como artículo principal de su edición de May-10-2025. En nuestro pobre y limitado lenguaje del vulgo, diríamos que es el equivalente en una elección política del reconocimiento por parte del perdedor del triunfo de su adversario. Un simil bastante forzado y prosaico, pero es para que se entienda, esperamos no nos vayan a lapidar por la burda asimilación que hacemos. Traducción de Secretum Meum Mihi.

Cardenal Pietro Parolin

Todavía “fresco” con la fuerte y enriquecedora experiencia del Cónclave, respondo con gusto a la solicitud de Giornale di Vicenza de escribir un comentario sobre la elección del Papa León XIV, Cardenal Robert Francis Prevost, OSA.

Más que un comentario, es un breve testimonio que me permito ofrecer, partiendo de la alegría de que en tan poco tiempo la Iglesia universal haya encontrado a su Pastor, el Sucesor de Pedro, Obispo de Roma, tras la enfermedad y fallecimiento del Papa Francisco, quien tuvo la paciencia de mantenerme como su Secretario de Estado durante casi 12 años.

Creemos firmemente que, a través de la acción de los Cardenales electores —también a través de su humanidad— es el Espíritu Santo quien elige al hombre destinado a guiar la Iglesia. Se trata, técnicamente de una elección, pero lo que sucede en la Capilla Sixtina bajo la mirada de Cristo Juez, renueva lo que sucedió en los inicios de la Iglesia cuando se trataba de reconstituir el colegio apostólico después de la dolorosa deserción de Judas Iscariote. Entonces los Apóstoles oraron para que el Señor, que conoce los corazones de todos, les mostrara quién había sido el designado (cf. Hch 12,25).

Este misterio se ha repetido en los últimos días y estamos inmensamente agradecidos al Señor que no abandona la Iglesia, su esposa amada, sino que le provee de Pastores según su corazón. Y estamos inmensamente agradecidos al Papa León XIV por haber aceptado la llamada del Señor a amarlo “más que estos” y a seguirlo, apacentando sus ovejas y corderos como Jesús le pidió a Pedro en el pasaje del Evangelio que leímos el domingo pasado (21,15ss).

Creo no revelar ningún secreto si escribo que un largo y caluroso aplauso siguió a aquel “acepto” que lo convirtió en el 267.º Papa de la Iglesia Católica. Lo que más me impresionó de él fue la serenidad que se reflejaba en su rostro en momentos tan intensos y, en cierto sentido, “dramáticos”, porque cambian totalmente la vida de un hombre. Nunca ha perdido su dulce sonrisa, aunque, imagino, siendo vivamente consciente de los no pocos y no simples problemas que la Iglesia de hoy enfrenta. Ya habiendo hablado largamente sobre ello durante las Congregaciones de Cardenales previas al Cónclave, donde cada uno de los participantes —cardenales electores y no electores— pudo presentar el rostro del catolicismo en sus respectivos Países, los desafíos que le esperan y las perspectivas de futuro.

Y como la Iglesia, siguiendo a su Señor, está profundamente arraigada en la historia de hombres y mujeres de todos los tiempos y latitudes, el nuevo Papa tiene bien presente los problemas del mundo de hoy, como lo demostró desde sus primeras palabras en la Logia de San Pedro, refiriéndose inmediatamente a la paz “desarmada y desarmante”.

Siempre he experimentado esta serenidad en el Cardenal Prevost, a quien tuve la oportunidad de conocer al inicio de mi servicio como Secretario de Estado para un asunto espinoso que afectaba a la Iglesia en Perú, donde era Obispo de la Diócesis de Chiclayo. Tuve la oportunidad de colaborar directamente con él durante estos dos últimos años, después de que el Papa Francisco lo llamara a Roma y lo pusiera al frente del Dicasterio para los Obispos. Pude experimentar en él conocimiento de las situaciones y las personas, serenidad en la argumentación, equilibrio al proponer soluciones, respeto, atención y amor por todos.

Creo que el Papa León XIV, además obviamente de la gracia del Señor, encontrará en su gran experiencia como religioso y pastor, así como en el ejemplo, la enseñanza y la espiritualidad del gran padre Agustín —a quien citó en sus primeras palabras— los recursos para el desempeño eficaz del ministerio que el Señor le ha confiado, para el bien de la Iglesia y de toda la humanidad.

Estamos cerca de él con nuestro afecto, nuestra obediencia y nuestra oración.