Sunday, June 30, 2024

Los Exorcistas del Mundo dan Gracias a Dios por el 30° Aniversario de su Asociación

Con ocasión del 30° Aniversario de fundación de la Asociación Internacional de Exorcistas, la misma ha enviado el siguiente mensaje a sus miembros. Traducción de Secretum Meum Mihi (con adaptaciones).

30 DE JUNIO DE 1994 - 30 DE JUNIO DE 2024
30 AÑOS DE LA FUNDACIÓN
DE LA ASOCIACIÓN
INTERNACIONAL DE EXORCISTAS

Queridísimos Miembros,

Hoy 30 de junio de 2024 celebramos el 30° aniversario del nacimiento de nuestra “Asociación Internacional de Exorcistas” (AIE), que vio la luz el 30 de junio de 1994, en el curso de la primera Conferencia Internacional de Exorcistas, celebrada del 27 de junio al 1° de julio de ese año en la casa “Divin Maestro” de Ariccia, en el lago Albano.

En aquel contexto fue elegido Presidente el sacerdote paulino don Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma, a quien estamos inmensamente agradecidos por todo lo que hizo para volver a proponer y valorizar el ministerio de los exorcismos en la Iglesia.

Les recomendamos presentar en este día un vivo agradecimiento a Dios y a la Virgen María y una particular unión en oración por todos los miembros de AIE vivos y difuntos.

Ante el camino que la AIE ha emprendido en estos treinta años, elevamos nuestro Te Deum a las Santísima Trinidad por el don que, en su infinita misericordia, ha hecho a su Iglesia, mediante el servicio por ella desarrollado.

La Asociación Internacional de Exorcistas, en efecto, surgió del corazón paterno de Dios, quien, movido por la compasión hacia sus hijos atormentados por la acción extraordinaria del maligno, suscitó nuestra Asociación en la Iglesia y convocó a sacerdotes exorcistas de todo el mundo para que, compartiendo oración, reflexiones, experiencias, podamos caminar en comunión cada vez más estrecha unos con otros y socorrer, de manera adecuada, a los hermanos y hermanas necesitados del ministerio del exorcismo.

Que la Asociación Internacional de Exorcistas, que está consagrada al Inmaculado Corazón de María, sea siempre, en Sus manos maternas, un instrumento eclesial válido y eficaz en la lucha contra Satanás y el mundo de las tinieblas, para la mayor gloria de Dios y la salvación. de todos sus hijos.