Siguiendo ese particular estilo de su jefe de afirmar una cosa y su contrario al mismo tiempo, nos encontramos hoy el caso del cardenal Víctor Manuel Fernández, quien hablando sobre Santa Teresita del Niño Jesús escribe estas palabras de encomio, Oct-01-2024.
Hoy recordamos a Santa Teresita de Lisieux. En ella podemos reconocer la generosa ternura que puede infundir el Espíritu Santo en nuestras vidas.
Ella vivió y creció con una bella conciencia de ser inmensamente amada por Jesucristo. Por eso desde niña ansiaba consagrarse a Dios en la clausura; entonces se hizo carmelita. Pero su amor a Jesús no era sólo un deseo de vivir tranquila, abrazada por el Señor. Porque el Espíritu Santo le hizo ver con claridad que quien ama a Jesús se identifica con su deseo, empieza a desear lo que Jesús desea. Por lo tanto, su pasión era ser un instrumento de Jesús para hacer el bien.
Teresita no sentía un gran atractivo por la tranquilidad del cielo. Más bien le interesaba que en el cielo podría estar más cerca de Jesús para que su oración fuera más eficaz y pudiera interceder por nosotros con más fuerza. Eso se expresaba en su promesa de que después de su muerte haría caer una lluvia de rosas.
Pero lo que más se destaca en su vida es la infancia espiritual. No se trata de un infantilismo débil o romántico, sino de una actitud valiente y grandiosa: renunciar a la miserable tentación de creernos dioses todopoderosos, de sentirnos el centro del universo o de pensar que somos más que los demás. Hacerse como niños es confiar sin reservas en el amor de Dios, y así no necesitar más dominar a los demás, aprovecharse de ellos o buscar con desesperación sus elogios y reconocimientos. Teresita vivió a fondo esta actitud gracias a la obra transformadora del Espíritu Santo.
El Evangelio nos invita a recuperar la actitud de humilde confianza que caracteriza a los niños; el Reino de Dios debe ser recibido con esa confianza, propia del que sabe que solo no puede. Así como un niño que en los momentos de temor reclama sinceramente la presencia de su Padre, el corazón tocado por el Espíritu Santo ha renunciado a su autonomía, sabe que necesita de su poder, que sin él no tiene fuerza ni seguridad, que en él está la única verdadera fortaleza.
Lo que resulta, a nuestro gusto, contradictorio, es que la misma persona hace escasamente doce días, a la misma Teresita que hoy encomia la había tratado de Luterana. En efecto, durante la conferencia de prensa sobre la experiencia espiritual de Medjugorje, Sep-23-2024, el cardenal Tucho dijo originalmente en italiano:
El mismo tramo del video con audio en español.
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