Información de agencia EFE, Oct-13-2024.
Follow @SECRETUMMEUMLisboa, 13 oct (EFE).- Fieles del todo el mundo reunidos en el santuario de la Virgen de Fátima, en Portugal, pidieron este domingo el fin de la guerra y que «los militares regresen pronto a casa» durante la oración final de la peregrinación de octubre.
El rezo fue liderado por el arzobispo de Manaos (Brasil), cardenal Leonardo Ulrich Steiner, quien animó a los creyentes congregados en la explanada del santuario a implorar por la paz a la Virgen.
«Pidamos a la reina de la paz que conforte, transforme el corazón de quienes alimentan el odio, la venganza, la destrucción, la muerte… y que se instaure la fraternidad, la hermandad, que la guerra acabe y que los militares regresen pronto a sus casas», dijo el religioso.
«Sí, que eso ocurra -continuó- que se silencien las armas que generan la muerte, que se extinga la violencia en el corazón humano. Concede el don de la paz, toca el corazón y las mentes de los gobernantes para caminar por los senderos de la fraternidad y la paz.
Esta oración se produce en medio de una escalada del conflicto en Oriente Medio, donde Israel lleva a cabo ofensivas en Gaza y el Líbano y donde ha aumentado la tensión con Irán, mientras continúa la guerra en Ucrania tras la invasión rusa.
Por otro lado, el arzobispo también exhortó a los peregrinos a rezar para que los pobres sean integrados en la sociedad y no sean rechazados, y para que los migrantes sean acogidos en las comunidades y no apartados.
También instó a orar para que los indígenas, su modo de vida y su cultura «sean respetados» y para que las «tierras de los antepasados, de los ancestros, sean la casa morada» de los pueblos nativos, y no sean destruidas.
«Detener la deforestación, acabar con la pesca depredadora, que desaparezca la codiciosa, destructiva y depredadora industria minera. Oremos por la conversión de quienes inician incendios también en nuestra región», señaló.
La peregrinación de octubre conmemora la aparición de la Virgen ocurrida el 13 de octubre de 1917 ante tres niños pastores en la cueva de Iria, en Fátima, a unos 130 kilómetros de Lisboa.
Según datos del santuario, se calcula que entre 50.000 y 70.000 personas, la mayor parte del extranjero, han asistido a esta peregrinación.
El culto a Fátima tiene su origen en las apariciones de la Virgen que tres niños pastores portugueses -Lucía, Jacinta y Francisco- aseguraron que habían presenciado entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917.
Los tres menores explicaron que la virgen les hizo varias revelaciones en esos encuentros, que conforman la profecía de Fátima.
Los relatos de las apariciones convirtieron a Fátima en un lugar destacado de peregrinación para los creyentes, que cada año visitan por miles este pequeño enclave portugués.