Sor Linda Pocher es una de las punta de lanza empleadas por Francisco para introducir las diaconisas en la Iglesia, invitada en dos diferentes rondas de reuniones del Consejo de Cardenales, en Febrero y Junio de 2024, para avanzar la agenda al respecto. Aparece hoy una entrevista con ella en Corriere del Veneto (imágen), a raíz de un congreso en Padua, Italia, realizado entre el pasado Viernes y el Sábado, llamado «desmasculinizar la Iglesia», en el cual la vedette fue sor Linda. ¡A que no adivinan sobre qué tema es la entrevista! Traducción de Secretum Meum Mihi.
Follow @SECRETUMMEUMSor Linda Pocher, ¿la Iglesia margina a las mujeres, sobre todo en el vértice?
«El contexto es particularmente masculino y hay asimetrías de poder, como en cualquier otro ámbito de la sociedad».
¿Qué significa «desmasculinizar» la iglesia?
«Es una expresión utilizada por el Papa Francisco, que siente la necesidad de dar más espacio a las mujeres, de eliminar disparidades. De aquí nació un itinerario formativo con los cardenales. Jesús siempre ha dado igual dignidad a hombres y mujeres. Ahora el tiempo está maduro para redescubrir esta buena noticia: la paridaddad delante de Dios».
Usted ha explicado que las reflexiones contemporáneas parten de la comparación crítica del principio «mariano-petrino» del pensamiento de Hans Urs von Balthasar.
«Es un pensamiento que debería valorar las diferencias, pero que en realidad margina a las mujeres idealizándolas y funciona como legitimación de privilegios e injusticias. Hoy buscamos dar vida a una cultura del “nosotros”, de la complejidad, de la interconexión, de la libertad de la y en la diferencia».
¿Y la cuestión del diaconado femenino?
«Las investigaciones sobre la materia muestran que no hay impedimentos teológicos, pero sigue siendo un tema de fuerte polémica, sobre todo a nivel jerárquico donde todavía no hay acuerdo. También se habló mucho durante el Sínodo y la gran novedad del Sínodo es precisamente el hecho de que el Papa ha dado la posibilidad de discutir en un lugar institucionalmente reconocido temas que eran casi tabú como la ordenación de las mujeres. Ahora un grupo de estudio dentro del Vaticano está trabajando en ello: es un proceso que llegará a un resultado».
¿Cuánto tiempo pasará todavía hasta que el diaconado femenino se convierta en realidad?
«El Papa quiere que haya un consenso eclesial suficiente, que todavía debe madurar. Pero es un proceso que ya ha comenzado».
Hoy en muchas parroquias las mujeres, incluso laicas, debido a la escasez de sacerdotes, están autorizadas a dar la comunión. Una experiencia ya iniciada en muchas ciudades de Italia, que también está viviendo la diócesis de Padua.
«Para la Iglesia, la condición de la mujer hoy no es ciertamente la misma que hace 70 años y este tipo de realidades ya operativas, los ministros extraordinarios de la comunión, son señales precisas. Lo que aún falta madurar es la parte institucional jurídica».
¿Llegará la paridad de género dentro de la Iglesia?
«Es una cuestión de justicia. Debería hacerse porque es justo, no por una cuestión de marketing. Y en el respeto del Evangelio: Jesús siempre fue más allá de las diferencias de género y siempre ha dado igual dignidad a hombres y mujeres. En el origen de la experiencia cristiana hay una fuerte paridad ante Dios: es tiempo de redescubrirla».
¿Es la Biblia machista?
«Si se rompe con las visiones estereotipadas, en la lectura de escenas bíblicas que conciernen a María, se entreve una historia de fuerte protagonismo femenino: además de madre de Jesús, es discípula, educadora, lo introduce en el mundo experiencial y lo lleva a desplegar las alas».
¿Cree que el diaconado femenino hará aumentar el número de fieles o los alejará?
«Habrá personas nuevas que se acercarán a la Iglesia y otras que se sentirán molestas y podrían alejarse. Pero es un cambio justo y necesario».