Monday, November 4, 2024

Francisco se Queja: «Tenemos que ser Conscientes que a la Iglesia Viene Poca Gente. Tenemos que ir Nosotros a Buscarla»

Un nuevo día, una nueva sorpresa. Y lo que nos sorprende es que el Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos viene desde hace unos tres años concediendo de manera cicatera y mezquina “permiso” para que en ciertos lugares del mundo donde se celebra la Misa de Juan XIII (así hay que decirle porque esa es casi la única manera que los modernistas aceptan llamarla) la continúen celebrando por un periodo de dos años, vencido el cual casi siempre y sin excepción no lo renuevan, con la persuasión de que esos fieles no teniendo dónde ir, irán a una Misa Novus Ordo, cosa que por demás cada obispo debe instigar, según las provisiones de Traditionis Custodes. Estos lugares, que no son muchos en el planeta, contaban con una afluencia notoria de fieles, difícil de ignorar, y los pocos que todavía gozan del “permiso” continúan teniéndola.

Hemos anotado lo anterior porque hoy Francisco en un discurso en español a los participantes en el III Encuentro de Iglesias Hospital de Campaña, Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, ha dicho entre otras las siguientes palabras.

A veces me da mucha pena cuando le preguntas a un cura: “¿Qué tal la parroquia? ¿Cómo anda?”. “Bien, tenemos tantas misas”. “Pero, ¿cuánta gente en total viene los domingos?”. “Calculamos 1.000, 1.200”. “Ah, qué lindo”. “Y tu barrio, ¿cuánta gente tiene?” Y ahí titubea antes de decir: 200.000, 250.000. O sea, tenemos que ser conscientes que a la Iglesia viene poca gente. Tenemos que ir nosotros a buscarla.

Así que a los fieles que van a las Misas Tridentinas hay que perseguirlos, coaccionarlos, para que no sigan asistiendo a ese perjudicial rito, pero a los que no asisten al rito que sí nos gusta y es el único que aceptamos, dizque hay que ir a buscarlos...

Como nota de pie de página indirectamente relacionada, sí, la que aparece en la foto saludando a Francisco sí es la recurrente en los sacros palacios Sor Lucía Caram.