Literalmente, los empleados del Vaticano temen que después del recorte de sueldo hecho a los Cardenales, los próximos en turno sean ellos, por ello han expresado su voz de preocupación.
Este es un artículo de Il Messaggero, Oct-30-2024.
Follow @SECRETUMMEUMPreocupaciones entre los empleados del Vaticano ante posibles recortes salariales
Franca Giansoldati
miércoles 30 octubre 2024
La duda comienza a abrirse camino entre los 4 mil empleados del Papa. Los temores de que en el Vaticano se esté preparando un plan de lágrimas y sangre para enfrentar la grave situación financiera se han agudizado después de la carta del Papa Francisco a los cardenales de la curia, en la que comunicaba que a partir del primero de noviembre algunas partidas de su salario mensual serían recortadas. Pocas centenas de euros que ciertamente no hacen la diferencia para nivelar el déficit, sin embargo, han sembrado alarma entre los trabajadores. «¿Será una acción preparatoria para ulteriores recortes de nuestros salarios para cubrir el déficit presupuestario de la Santa Sede que, al parecer, la reforma económica no logra contener? ¿Hay otras categorías que podrían ser llamadas a hacer estos sacrificios (por ejemplo, indemnizaciones, alquileres y beneficios de los dirigentes laicos) o áreas que puedan ser transformadas en fuentes de ingresos? Esperamos vivamente que ya se hayan evaluado todas estas posibilidades. Solo podemos hacer hipótesis, no habiendo recibido información al respecto», escribió el sindicato vaticano Adlv en una nota, haciéndose portavoz de la preocupación de todos.
El sindicato de los trabajadores vaticanos espera que el prefecto para la Economía respete los principios de solidaridad, proporcionalidad y equidad: «Los recortes deben ser proporcionales a los medios de todos y no deben influir en las familias de los empleados». En la carta anticipada por el Messaggero y enviada a los cardenales se leía: «¿Se trata de una medida preparatoria para ulteriores recortes a nuestros salarios con el fin de cubrir el déficit presupuestario de la Santa Sede, que claramente no es frenado por la reforma económica?».
Las preocupaciones de los empleados El Adlv aprovecha la ocasión para hacer presente que los últimos recortes salariales en el Estado Pontificio ya habían golpeado duramente a los empleados.
Así escriben: «A quien estuviera distraído le recordamos que los empleados vaticanos ya han dado su significativo aporte. Los salarios ya han sido recortados. En 2021 se suspendió de hecho un bienio, con los efectos relativos en los salarios, en el Tfr y en la pensión. Un ahorro para las administraciones que puede superar los 20 mil euros para un empleado que está a mitad de carrera, por efecto del arrastre de esta medida a lo largo de los años. Una cifra nada despreciable, que corre el riesgo de frenar muchos proyectos de vida. Como ADLV, habíamos pedido que el recorte del bienio no tuviera efectos sobre la liquidación y el cheque de jubilación. Pero la Asociación no fue escuchada».
Los trabajadores del Papa descontentos piden ser escuchados, el sindicato interno: «Mayores protecciones para las familias» Mientras tanto, añaden los empleados, continúan vigentes (pero no para todos) las disposiciones restrictivas anunciadas en 2014: los ascensos de nivel funcional están bloqueados, las horas extra se pagan menos que las ordinarias, las contrataciones están detenidas, así como la revalorización de los salarios (detenidos en 2008). Sin embargo, «ha aumentado la precariedad de los contratos».
El sindicato se pregunta sobre la utilidad de las consultorías externas que han sido asignadas en estos años. ¿Cuáles son los costos? «¿Cuánto inciden en el presupuesto de la Santa Sede? Y sobre todo, ¿qué han producido realmente? ¿Esos estudios no podían haber sido realizados por personal interno adecuadamente formado?».
