Desde que fue anunciado para ser creado cardenal el nombre del P. Ángel Fernández Artime (foto), Rector Mayor de los Salesianos, rondó el misterio sobre qué encargo le sería asignado, visto que como Rector su mandato terminaría en 2026 y no es usual tener a un cardenal a la guía de una congregación religiosa, menos cuando Fernández Artime en aquel entonces ni siquiera era obispo (el episcopado lo recibió el pasado Abr-20-2024). Primero su renuncia como Rector estaba programada para Jul-31-2024, pero luego fue postergada para Ago-16-2024, y efectivamente así se dio, la renuncia fue publicada en varias lenguas en el sitio de informaciones de los Salesianos.
En su renuncia Fernández Artime reitera lo que siempre ha sido claro, que Francisco lo va a poner a hacer otra cosa y por eso era necesario la renuncia: «...al ser llamado por el Santo Padre, Papa Francisco para otro servicio» (sic).
¿Y entonces cuál es ese “otro servicio”? Hay varias especulaciones, las dos más visibles, aunque no por ello evidentes; 1) podría ser el reemplazante del cardenal João Braz de Aviz (77) como prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica; 2) podría ser el reemplazante del cardenal Kevin Joseph Farrell, quien cumplirá 77 en Septiembre, como prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
Pero todavía habría una tercera opción, tal como le pasó al portugués Américo Aguiar, no ser nombrado en ningún organismo curial, sino pasar a ser un obispo cualquiera en una sede no cardenalicia. Esto último lo anotamos como mera formalidad porque las sedes cardenalicias en el papel existen, pero bajo el mandato de Francisco quedó claro desde un comienzo que para él la dignidad de cardenal está ligada a la persona y no a una sede.
Así que estaríamos ya en las vísperas de saber para qué “otro servicio” quiere Francisco al cardenal Fernández Artime.