Si a estas alturas todavía Usted no identifica quién es Linda Pocher, digamos que respecto al tema de las diaconisas ha desempeñado un papel análogo al que cumplió Walter Kasper en el comienzo de la era Francisco para garantizar el acceso a la Sagrada Comunión para los amancebados y concubinarios; esa es la razón por la cual hay que prestar atención a lo que opine. Sor Linda ha respondido unas preguntas a La Repubblica, Dic-05-2025, centradas en el tema de la revelación del informe de la comisión Petrocchi sobre las diaconisas. Esta es una traducción, con adaptaciones, realizada por Secretum Meum Mihi.
Follow @SECRETUMMEUMMujeres diácono, la teóloga: “Se perpetúa la discriminación, cambiar es posible”
Entrevista a sor Linda Pocher, a quien Francisco encargó hablar con los cardenales consejeros sobre cómo “desmasculinizar la Iglesia”: “Es un problema cultural más que teológico; será determinante el factor tiempo”.
por Iacopo Scaramuzzi
5 de diciembre de 2025
Si existe un diaconado concebido como un servicio a la comunidad, al que incluso los hombres casados pueden acceder, ¿por qué no las mujeres? Sor Linda Pocher , teóloga salesiana, autora del libro “Mujeres y ministerios en la Iglesia sinodal” (Paoline), fue encargada por el papa Francisco de organizar cuatro encuentros con sus cardenales consejeros, destinados a “desmasculinizar la Iglesia”. Ahora comenta el nuevo freno sobre las mujeres diácono.
“Esperaba que se tomaran un poco más de tiempo, porque en mi opinión en esta cuestión será determinante el factor tiempo. Cada vez estoy más convencida que se trata de un problema cultural más que teológico, y cuando uno se apresura a resolver este tipo de problemas, se crean grandes polarizaciones, y se sabe que la Iglesia tiende un poco a conservar. Quizás por esto, después de todo, ha perdurado tantos siglos”.
¿Por qué un problema cultural?
“Detrás está la idea de que la reserva de la ordenación es el último bastión de la diferencia de género: mientras haya algo que las mujeres no puedan hacer, se preserva la unicidad masculina. Creo que quienes sostienen esto actúan de buena fe: se necesita respetar la resistencia de los otros. Pero se pretende que la masculinidad de Jesús tenga valor respecto a la salvación, pero no hay motivos teológicos convincentes para afirmarlo: Jesús también era judío, ¿deben ser judíos quienes lo representan? Estos argumentos surgen cuando las mujeres reivindican posiciones normalmente reservadas a los hombres”.
¿Es este un alto definitivo a las mujeres diácono?
“No puede ser un alto definitivo, porque el desarrollo de la doctrina católica no funciona así. Seguramente, no es una aceleración que alguien podría haber esperado. La novedad interesante es la publicación integral de la carta dirigida al Papa, una transparencia notable también respecto a los documentos precedentes de la misma comisión, que no fueron publicados”.
¿Vaso medio lleno o medio vacío?
“En mi opinión, no es ni un paso adelante ni un paso atrás, pero hay una mayor claridad sobre lo que está en juego”.
¿El problema es aceptar ver a una mujer en el altar?
“Seguramente ciertas imágenes están dentro de nosotros, y para cambiarlas, necesitas tener las experiencias que te hagan salir y ver las cosas desde otro punto de vista. En la Iglesia Anglicana, después de que las mujeres han tenido acceso a la ordenación se ha visto que todo continuaba funcionando lo mismo, esto ha creado una conciencia y una maduración”.
¿Las mujeres diáconos son la antesala de las mujeres sacerdote?
“Hasta el Concilio Vaticano II, el diaconado existía sólo como primer grado de la ordenación: diácono, presbítero y obispo, y entonces, una vez que una mujer tuviera acceso al primer grado, nadie pudiera garantizar que no accediera a los demás. Pero el Concilio Vaticano II reinstauró el diaconado permanente, al cual también pueden acceder los hombres casados. Si existe un diaconado de este tipo, un servicio a la comunidad, ¿por qué las mujeres no podrían poder acceder?”.
El cardenal Petrocchi habla de dos visiones teológicas en antítesis: una síntesis parece lejana...
“El reto del Sínodo es que podemos superar un problema cuando alcanzamos suficiente convergencia, lo que no significa que una de las partes renuncie, sino que, mediante la investigación común, comiencen a surgir posibilidades que quizás ninguna de las partes esperaba inicialmente. Pero esto requiere tiempo, capacitación en la escucha recíproca y sin prejuicios, sin considerar herético lo que diga el otro, sino simplemente otro modo de ver las cosas. Esta fue la gran revolución de Francisco”.
El documento contiene un pasaje desafortunado: se liquida las mujeres que “han hablado de una fuerte ‘sensación’ de haber sido llamadas, como si fuera la prueba necesaria para garantizar a la Iglesia la validez de su vocación”.
“No se considera oportuno para las mujeres una cosa que es la forma normal de discernimiento para un hombre: un hombre entra al seminario porque se siente llamado, siente la vocación”.
¿La introducción de un diaconado femenino detendría la huida de tantas mujeres de la Iglesia?
“Las mujeres son tantas, diferentes, y no se puede reducir todo al tema del diaconado. Cambiaría el acercamiento de las mujeres que lo ven como un tema fundamental, que son muchas. Para otras, no es un tema tan central; otras todavía ven problemas más graves y, de todas formas, no volverían”.
