Si los obispos suizos, aunque a regañadientes, son capaces de admitir que el Vaticano ha hecho un tirón de orejas a algunos de ellos por el manejo dado a las denuncias de abusos cometidos por miembros del clero, quiere decir que la cosa debió haber sido más grave de lo que han admitido.
Obviamente no en los términos que acabamos de anotar, los obispos suizos han admitido la reprimenda vaticana en una nota publicada hoy en varios idiomas en el sitio de internet de la conferencia episcopal (alemán, francés, italiano), siempre refiriendo una carta enviada por el Dicasterio para los Obispos, pero sin publicar el texto de la carta misma, solamente haciendo un resumen de ella (léase “control de daños”). Los obispos suizos son pocos, muy pocos, y en la nota discretamente presionan a tres de ellos para que publiquen las cartas individuales que el mismo dicasterio ha enviado a cada uno de ellos, está por verse si lo hacen. Esta es nuestra traducción de la aludida nota (con adaptaciones).
Follow @SECRETUMMEUMEl Vaticano responde a la investigación canónica preliminar
18.10.2024
La Conferencia Episcopal Suiza (CES) ha recibido una carta del Dicasterio para los Obispos con los resultados de la investigación canónica preliminar. El CES resume el contenido de la carta romana, que proporciona información sobre el estado del procedimiento. Las respectivas diócesis son responsables de proporcionar información sobre las cartas enviadas a los obispos interesados. Se han identificado errores, omisiones y deficiencias en el ámbito de las normas procesales canónicas, que los obispos deploran profundamente. Al mismo tiempo, hasta la fecha no se ha encontrado ninguna transgresión que requiera la apertura de un proceso penal dentro de la Iglesia.
En junio de 2023, el Dicasterio para los Obispos encargó a Mons. Joseph Maria Bonnemain conducir una investigación canónica previa para aclarar varias acusaciones formuladas contra algunos obispos suizos. En colaboración con el juez cantonal de Neuchâtel, Pierre Cornu, y la profesora de derecho penal y procesal penal de Zurich, Brigitte Tag, se llevaron a cabo entrevistas personales, interrogatorios y análisis de diversos documentos de archivo. Las conclusiones fueron transmitidas al Dicasterio para los Obispos en Roma a principios de 2024.
Después de insistir por escrito en junio de 2024 para obtener una respuesta del Vaticano, la Conferencia de Obispos Suizos recibió una carta con las conclusiones. Algunos de los obispos implicados también recibieron una respuesta personal. Se esperan tres cartas más.
El Dicasterio para los Obispos, a través de su Prefecto, el cardenal Robert Francis Prevost, expresó su estima y agradecimiento por la dedicación de los miembros de la Conferencia Episcopal suiza al trabajo pastoral en sus respectivas diócesis y a su responsabilidad ante los desafíos actuales. Este Dicasterio ha seguido con gran atención el esfuerzo realizado por CES, junto con la Conferencia Católica Central de Suiza y la Conferencia de Uniones de Órdenes Religiosas y otras Comunidades de Vida Consagrada en Suiza, para examinar la dolorosa historia de los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica Romana en Suiza desde mediados del siglo XX. Como parte de las acciones tomadas tras las denuncias públicas de mala conducta y presunta negligencia por parte de algunos miembros de la CES en el tratamiento de casos de abuso sexual cometidos por clérigos, el Cardenal Prevost agradece a Mons. Joseph Maria Bonnemain y a los dos juristas por su eficaz y competente colaboración en la investigación preliminar.
De esta investigación, atentamente estudiada por el Dicasterio con la ayuda de expertos autorizados, no emergió ningún indicio de delitos punibles, encubrimiento, negligencia o errores que requieran el inicio de un procedimiento penal canónico. No obstante, el comportamiento descrito no se considera correcto o, en todo caso, se ha demostrado que no se siguieron adecuadamente los procedimientos establecidos por el derecho canónico. A causa de estas irregularidades formales, el Dicasterio para los Obispos ha emitido amonestaciones canónicas, invitando a los propios obispos y a todo el organismo episcopal suizo a prestar mayor atención en el futuro y a gestionar los casos de abuso denunciados con la máxima diligencia y pericia, observando rigurosamente todas las normas vigentes. en cuanto a los procedimientos de investigación.
Naturalmente, la grave responsabilidad que incumbe a los obispos en el tratar las denuncias sobre casos de posibles abusos o encubrimiento debe hacerse respetando los principios fundamentales del derecho, como la presunción de inocencia hasta la sentencia definitiva, la tutela integral de de todas las personas involucradas, especialmente de las víctimas, y en consecuencia la prudencia en las comunicaciones relativas a los eventuales casos, así como la atenta evaluación de la aplicación de medidas cautelares ante la presencia de verosimilitud de los hechos.
El cardenal Prevost en su carta reconoce que durante estos años turbulentos, todos los miembros de la CES han realizado progresos considerables y se han vuelto más eficaces a la hora de abordar los casos de abuso, contratando personal cada vez más cualificado y colaborando más con instituciones independientes. El cardenal anima a los obispos suizos a prosegir por este camino de vigilancia activa y rigurosa en la aplicación de la normativa canónica sobre el tratamiento de los abusos sexuales, seguros de que las directivas de la Iglesia no son sólo instrumentos jurídicos, sino que reflejan un profundo sentido de justicia y de responsabilidad frente a las víctimas, a quienes debemos escucha, atención y reparación.
Los miembros de la CES lamentan profundamente los errores, omisiones y deficiencias en la aplicación de las normas canónicas que el Dicasterio para los Obispos ha identificado. Los obispos se encuentran en un proceso de aprendizaje y desean reiterar su determinación de tomar medidas más decisivas contra los abusos en la Iglesia mediante su atención, su diligencia, un mejor conocimiento de los procedimientos canónicos y la continuación de las medidas nacionales ya iniciadas. Este objetivo también debe alcanzarse mediante una labor profesional de prevención.
Friburgo, 18 de octubre de 2024