Este aviso parroquial lo tomamos de un video del canal de Youtube de la Parroquia Santo Domingo Savio de la Arquidiócesis de Bogotá, Colombia. Quien habla es su párroco, P. Laureano Barón, en la Misa Dominical, Abr-28-2024. No dice que la parroquia sea pet-friendly —presentamos disculpas por el uso de ese término que no solamente es un anglicismo, sino lo que él describe es una asimilación de lo que ocurre en ambientes mundanos que se convirtió en moneda corriente en los lugares de culto católico— pero se infiere por lo que se dice y el contexto en cual se dice lo que vamos a transcribir.
Follow @SECRETUMMEUM[P. Laureano Barón:] Tengo que decir algo y que me duele enormemente, y lo digo en este escenario porque hace unos días uno de nuestros acólitos observó que una mujer que pasó a comulgar con su mascota al llegar al lugar, del puesto donde estaba, sacó un pedazo de la hostia y se la dio a su animal. Eso se constituye en un sacrilegio. Y si aquí está la señora o me escucha por la cuestión tiene que acercarse y tiene que confesarse, ni siquiera yo la puedo perdonar, le toca ir ante el obispo porque eso es el acto más grave y más sacrílego que hay. Lo mismo tú, cuando recibes la comunión y la recibes en la mano como lo quieras o de rodillas o en la boca, la Iglesia nos lo permite de esa forma, si la recibes en la mano tienes que consumirla delante del ministro, no te la puedes llevar a ningún sitio. O lo que alguna vez una mamá, saca un pedacito y se la da el chiquito que le pedía: déjame saber cómo... a ver cómo sabe eso. Pareciera que no entendiéramos que estamos ante el milagro más grande del mundo y ante lo más sagrado que tenemos. Yo te pido que si la recibes en la mano porque quieras hacerlo higiénicamente, como lo quieras, la consumas delante inmediatamente y revisas si en tu palma de la mano quedó alguna boronita Ahí está Cristo, ahí está. No caigamos en esa locura.
