No nos acaba de convencer aquello de estar considerando a León un desminador, no por el término sino por lo que ello significa. Lo vimos primero hace unos días en un análisis de Luis Badilla (ex Il Sismografo) en Messa In Latino, y hoy nuevamente en uno de Franca Giansoldati en Il Messaggero. Seguidamente reproducimos este último en la versión en español que ofrece la misma fuente.
Follow @SECRETUMMEUMLeón XIV: Entre la Continuidad y el Cambio
El Papa León XIV enfrenta desafíos heredados mientras busca un equilibrio entre las reformas de Francisco y su propia visión para la Iglesia.
Franca Giansoldati
giovedì 11 settembre 2025
Desminador, un poco equilibrado, seguramente cauteloso y moderado. El Papa León XIV ha sido descrito de diversas maneras en estos cuatro meses de reinado en un intento de delimitar y sintetizar su línea de gobierno, considerando los grandes problemas heredados de su predecesor. ¿Continuará con la línea de Francisco o tomará decisiones autónomas desmontando poco a poco lo que se había hecho en los doce años anteriores, con la conciencia de que un Papa promulga y el otro retracta? La pregunta sigue siendo el centro de debates dentro de la Iglesia en varios terrenos bastante resbaladizos.
Por ejemplo, el gran tema de las novedades judiciales introducidas por Francisco: ¿permanecerán tal cual o serán corregidas, incluso solo para sanar el mayor lío procesal de la Iglesia moderna, que culminó con el llamado caso Becciu, hasta el punto de convertirse en un elemento de división incluso dentro del cónclave, el pasado mayo? El 22 de septiembre habrá una apelación y será una prueba de fuego. O las reformas eclesiales debatidas en el sínodo sobre la sinodalidad en los temas más diversos, desde la introducción de más democracia en las diócesis hasta la solicitud de abolición del celibato o del sacerdocio femenino. Y luego, la gran cuestión del mundo LGBT y las solicitudes de modificar los tres puntos del Catecismo relacionados con la homosexualidad.
Y también la marginación de los grupos tradicionalistas deseada por Bergoglio ligados al novus ordo y a la celebración de la misa en latín, una cuestión añeja - espinosísima - que explotó con virulencia en los años anteriores hasta cancelar todo el camino de pacificación realizado por Benedicto XVI para sanar el cisma lefebvriano. También en este contexto, el Papa Bergoglio de hecho terminó polarizando aún más las posiciones eclesiales. León XIV fue elegido para restaurar la unidad interna y restablecer el equilibrio en el sistema de gobierno, sin contar que él también tendrá que asumir la solución de los financiamientos reducidos frente a un déficit vaticano que se ha vuelto estructural.
Que su acción será de garantía ya hay indicadores importantes. Por ejemplo, sobre los nombramientos de obispos que, de ahora en adelante, seguirán el proceso tradicional de una terna a cargo del nuncio apostólico y ya no serán fruto de las decisiones personalísimas de Francisco, quien a menudo nombraba sobre bases personalísticas, según los consejos de un círculo restringido de amigos y consejeros. Y muy a menudo los obispos nombrados ni siquiera estaban en la terna. En España circula el rumor - nunca desmentido - de que el actual cardenal de Madrid, Cobo, ultraprogre, cuando fue elegido por Bergoglio como arzobispo ni siquiera figuraba en la terna propuesta por el nuncio apostólico.
A finales de agosto, una decisión del Papa León XIV que pasó desapercibida ofrece una visión bastante clara de cómo quiere proceder para devolver la serenidad y remendar tantas rupturas. En el boletín del 28 de agosto, entre los miembros del dicasterio del Clero, entre varios prelados nombró a César Daniel Fernández, un obispo argentino que fue creado en su momento por Benedicto XVI y que Bergoglio había descartado para la dirección del seminario de Buenos Aires por considerarlo demasiado riguroso. Una exclusión que llevó a Fernández a formar parte de un grupo de obispos argentinos anti bergoglianos. El hecho de que León XIV lo haya 'rehabilitado' y elegido como consejero y miembro de uno de los dicasterios más importantes del Vaticano indica que la dirección que pretende seguir es la de inclusión, moderación y diálogo interno.
En los pasillos vaticanos se da por hecho que para ver grandes cambios habrá que esperar al final del Jubileo. A partir del próximo año, León XIV debería sentirse más libre respecto a los programas anteriores hechos por su predecesor y hasta ahora todos confirmados. Hay dos nombramientos internos sobre los cuales los rumores se centran más, los cardenales Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro y Tucho Fernández, Dicasterio de la Fe. Sin embargo, considerando la actitud del nuevo Papa de proceder paso a paso, los tiempos para la eventual sustitución podrían ser bastante largos.
Mientras tanto, el cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich - ultra bergogliano - invita a reflexionar sobre el futuro del catolicismo en Europa a pesar de los profundos cambios. Al semanario "Die Furche" ha planteado que en los años venideros "muchas parroquias colapsarán" y que, al menos en el norte de Europa, en los próximos diez años "el sistema terminará". Por eso, la Iglesia no debería estar fijada en el pasado: "Debemos aceptar ser parte de una historia y aprender de ella". Lo que significa, explicó, comprometerse más con el mundo secular. "Debemos hablar en el idioma de la gente cuando proclamamos la fe. Debemos escuchar a las personas". El cardenal también criticó a aquellos obispos que han luchado contra las aperturas y el mundo moderno. "Es una tontería. También hay una secularización en la iglesia". Esto puede "ser visto tanto en el 'ala derecha', que presta atención solo a la forma, como en el 'ala izquierda', que enfatiza un 'catolicismo de valores' cuyos valores ya no están conectados a Dios".
