Información de agencia EFE, Oct-21-2024.
Ciudad del Vaticano, 21 oct (EFE).- El papa Francisco considera que no es el momento para debatir sobre el diaconado femenino en el Sínodo que se celebra estos días en el Vaticano, reveló este lunes el Prefecto para el Dicasterio (ministerio vaticano) de la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Fernández, a los miembros de la asamblea de obispos.
«Sabemos que el Santo Padre ha expresado que en este momento la cuestión del diaconado femenino no está madura, y ha pedido que no nos entretengamos ahora en esta posibilidad», dijo Fernández en una misiva de la que avanzó su contenido en una rueda de prensa del Sínodo el prefecto del Dicasterio por la Comunicación, Paolo Ruffini.
Tras las quejas de algunos participantes del Sínodo porque el Dicasterio para la Fe no haya escuchado las propuestas sobre el diaconado de las mujeres, el cardenal Fernández propuso una reunión con los interesados el próximo jueves, pero, en nombre del papa, cerró la puerta a la ordenación de mujeres.
En su misiva, el cardenal argentino, que participa en un grupo de trabajo en el marco del Sínodo, en que religiosos y laicos tratan asuntos clave para hacer de la Iglesia una institución más inclusiva y participativa, explicó que el diaconado femenino «no es la respuesta más importante para las mujeres hoy», según el pontífice.
«La comisión de estudio el tema tiene conclusiones parciales que publicaremos en el momento adecuado, pero seguirá trabajando» en este asunto, remarcó en su misiva el prefecto del Dicasterio de la Doctrina de la Fe.
«El Santo Padre está muy preocupado por el papel de la mujer en la Iglesia, e incluso antes de la petición del Sínodo pidió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que explore la posibilidad de un desarrollo» sobre esto, «sin centrarse en el orden sagrado», asevera también en su misiva el cardenal.
Según Fernández, «no podemos trabajar en otra dirección, pero debo decir que estoy totalmente de acuerdo», antes de añadir que «pensar en el diaconado para unas pocas mujeres no resuelve la cuestión de los millones de mujeres que hay en la Iglesia».
«Apresurarse a pedir la ordenación de diaconisas no es la respuesta más importante hoy para promover a la mujer», insistió el prefecto.
Ya al comienzo de la asamblea de los obispos, el secretario especial del XVI Sínodo de los Obispos, Giacomo Costa, aseguró que «no es momento de tomar una decisión» sobre el diaconado femenino, «pero está bien que se profundice en el tema».
Costa explicó que la cuestión sobre si las mujeres pueden oficiar algunos servicios de la Iglesia no se materializará en decisiones durante el encuentro y recordó que el cardenal Fernández ya había dado dio «una perspectiva muy clara» en la apertura de la reunión, donde aseguró que para el papa antes «hay otros asuntos que explorar y resolver».
En cualquier caso, «dónde estábamos al principio y donde estamos ahora es completamente diferente», expresó la primera mujer con voto en el sínodo, Nathalie Becquart, subsecretaria general de la asamblea, sobre la cuestión de la mujer en la Iglesia.
El Sínodo, que concluirá el próximo domingo, entra esta semana en su fase final, con la presentación del documento final con las conclusiones de las reuniones que se están celebrando en Roma a lo largo de este mes de octubre y en las que se han abordado asuntos como el refuerzo de la presencia de la mujer en la Iglesia.
En esta segunda sesión del Sínodo, tras la que tuvo lugar en octubre de 2023, participan 368 miembros, entre ellos 53 mujeres y unos sesenta cardenales. El año pasado, por primera vez, las mujeres votaron en una asamblea sinodal de la Iglesia católica.
Seguidamente el texto completo de la comunicación del Cardenal Fernández, leído hoy en la rueda de prensa sobre el Sínodo por Paolo Ruffini y después distribuido a los periodistas. Traducción de Secretum Meum Mihi (con adaptaciones).
Follow @SECRETUMMEUMComunicación del Cardenal Víctor Manuel Fernández en la XIII Congregación General del Sínodo
Lunes 21 de octubre de 2024, mañana
Quiero aclarar que el Grupo 5 está coordinado por el Secretario doctrinal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. El viernes pasado tuvo un procedimiento médico y propuso en su lugar a dos personas muy capaces de escuchar para recibir las propuestas. Después supe que algunos esperaban mi presencia y ofrecí una reunión el jueves a las 16.30 [horas].
Sabemos que el Santo Padre ha expresado que en este momento la cuestión del diaconado femenino no está madura y ha pedido que no discutamos ahora sobre esta posibilidad. La comisión de estudio sobre el tema ha llegado a conclusiones parciales que publicaremos en su momento, pero seguirá trabajando.
En cambio, el Santo Padre está muy preocupado por el papel de la mujer en la Iglesia e, incluso antes de la petición del Sínodo, pidió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que explorara las posibilidades de desarrollo sin concentrarse en el órden sagrado. No podemos trabajar en una dirección diferente, pero debo decir que estoy totalmente de acuerdo. ¿Por qué?
Porque pensar en el diaconado para algunas mujeres no resuelve la cuestión de los millones de mujeres en la Iglesia. Por otra parte, todavía no hemos dado algunos pasos que en cambio podríamos dar. Daré sólo algunos ejemplos:
1) Cuando se creó el nuevo ministerio del catequista, el Dicasterio para el Culto Divino envió una carta a las Conferencias Episcopales. Allí propuso dos formas diferentes de configurar el ministerio. Una estaba relacionada con la dirección de la catequésis. Pero la segunda acogía lo que el Papa había dicho en Querida Amazonía sobre las catequistas que sostienen a las comunidades en ausencia de sacerdotes, mujeres que están a la cabeza, guiando a las comunidades y desarrollan diversas funciones. Las Conferencias Episcopales podrían acoger este segundo modo, pero muy pocas lo han hecho. Esta propuesta fue posible porque el Papa había explicado en sus documentos que la potestad sacerdotal, vinculada a los sacramentos, no se expresa necesariamente como poder o autoridad, y que hay formas de autoridad que no requieren el órden sagrado. Pero estos textos no han sido implementados.
2) El acolitado para las mujeres se ha concedido de hecho en un pequeño porcentaje en las diócesis, y muchas veces son los sacerdotes los que no quieren presentar mujeres al obispo para este ministerio.
3) El diaconado para los hombres: ¿en cuántas diócesis del mundo ha sido acogido?. Y dónde fueron acogidos, ¿Con qué frecuencia son sólo monaguillos ordenados?
Estos pocos ejemplos hacen comprender que apresurarse a pedir la ordenación de diaconisas no es hoy la respuesta más importante para la promoción de las mujeres.
Para alimentar la reflexión, pedí que se enviaran a mi Dicasterio testimonios de mujeres que sean verdaderamente cabezas de comunidades o que desarrollen importantes roles de autoridad. No porque fueran impuestas a las comunidades, ni como resultado de un estudio, sino porque adquirieron esta autoridad bajo el impulso del Espíritu frente a una necesidad del pueblo. La realidad es superior a la idea. Esta es la línea de trabajo en esta etapa. Pido especialmente a las mujeres miembros de este Sínodo que nos ayuden a recibir, explicitar y enviar al Dicasterio diversas propuestas que podamos escuchar en su contexto, sobre posibles caminos para la participación de las mujeres en el liderazgo de la Iglesia. En esta línea, esperamos propuestas y reflexiones.
Así que el jueves escucharé ideas sobre el papel de la mujer en la Iglesia. Para aquellos que estaban muy preocupados por los procedimientos y los nombres, lo explicaré el jueves y les daré los nombres mismos, para asociar las caras con este trabajo.
No obstante lo dicho, para quienes están convencidos de que es necesario profundizar en la cuestión del diaconado femenino, el Santo Padre me confirmó que la Comisión presidida por el cardenal Giuseppe Petrocchi seguirá activa. Los miembros del Sínodo que lo deseen —ya sea individualmente o en grupo— pueden enviar a esa Comisión consideraciones, propuestas, artículos o preocupaciones sobre este tema. El cardenal Petrocchi me confirmó que los trabajos se reanudarán en los próximos meses y analizarán los materiales que lleguen.
Amigos y amigas, estoy convencido que podemos avanzar paso a paso y llegar a cosas muy concretas, para que se pueda comprender que no hay nada en la naturaleza de la mujer que impida que ellas ocupen puestos muy importantes en la guía de la Iglesia. Aquello que verdaderamente viene del Espíritu Santo no se podrá detener.