No poca cosa, en nuestro concepto. Siendo arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Mario Bergoglio tuvo su propio milagro eucarístico, pero jamás ha hecho alusión a él en sus once y tantos años de pontificado. El día de hoy, sin embargo, en efecto hizo mención de otro milagro eucarístico, el de Amsterdam (una breve reseña de él se puede leer aquí).
Lo hizo durante la audiencia concedida al coro de la Basílica de Amsterdam, Países Bajos, Sala del Consistorio, May-04-2024, cuando en su breve saludo ha dicho, entre otras, las siguientes palabras alusivas al milagro (nuestra traducción).
Los orígenes y el desarrollo de esta ciudad están ligados también a la fe y a la Iglesia católica. Un momento clave de su historia es el milagro eucarístico ocurrido en 1345 y recordado todavía hoy con una procesión silenciosa y la adoración del Santísimo Sacramento.
La mención no deja de llamarnos la atención al tiempo que precisamente hoy la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas anunció que Francisco regresaría a la Basílica de San Juan de Letrán para celebrar la fiesta del Corpus Domini, la cual Francisco desde 2017 no volvió a celebrar en su fecha original sino la ha transferido al siguiente Domingo para, según dicen, favorecer la participación de los fieles; y por el hecho de que Francisco aprobará, si no es que ya lo ha hecho hoy mismo antes de esta audiencia, un documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe referente a apariciones, revelaciones y fenómenos relacionados, entre los cuales es obvio se encuentran los considerados milagros eucarísticos.
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