Se cumplió hoy la segunda audiencia jubilar en el Aula Paulo VI en el Vaticano, es decir, las audiencias extraordinarias que, siguiendo el mismo modelo de las audiencias generales, se han desarrollado en día Sábado. Un detalle pequeño pero diciente que hemos notado es que al comienzo de esta audiencia el ingreso de Francisco fue realizado caminando por sí mismo ayudado por su bastón y no, como ha venido ocurriendo ultimamente en ocasiones similares, en la silla de ruedas. La producción de la transmisión se ha cuidado bastante de transmitir apenas 14 segundos de dicha caminata (en el video desde 7:25), en tanto que Vatican media ha proporcionado una foto de dicho momento, de paso, mostrando llena el Aula, a la cuál reporta Vatican News acudieron unos 8 mil fieles (foto superior). En realidad, la multidud no cupo en el Aula y parte de ella tuvo que ser acomodada en la Basílica de San Pedro, siguiendo la audiencia por unos monitores instalados en los pasillos. Al final Francisco los visitó, rezó el Padre Nuestro con ellos, les impartió la bendición e hizo un recorrido para saludarlos.
Regresando al momento de su ingreso, unos segundos después del momento arriba referido Francisco apareció sin su bastón y flanqueado por dos personas, a su izquierda un mayordomo y a su derecha el regente de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza, quien sustituyó al bastón para que Francisco se apoyara en él terminando así su caminata. De ese momento la transmisión mostró 6 segundos (desde 8:00).
Y Vatican Media proporcionó otra foto desde un ángulo diferente.
¿Qué sucedió?, pues que el bastón falló, una de las tres patas perdió la goma, eso no lo vimos en la transmisión. Aquí un relato que hace Il Messaggero, Feb-01-2025.
Follow @SECRETUMMEUMBergoglio y el Bastón: Un Momento de Solidaridad
Durante una audiencia en la Sala Nervi, un incidente con el bastón del Papa Francisco resaltó su fortaleza y el apoyo de su equipo cercano.
Franca Giansoldati
sábado 1 febrero 2025
Papa Francisco no se inmutó, se detuvo una fracción de segundo, pareció vacilar, pero mientras tanto, rápidamente, llegaron a sostenerlo el padre Leonardo Sapienza y su mayordomo. Una de las tres patas de goma del bastón de metal que normalmente utiliza para apoyarse cuando entra en el Aula Pablo VI se había desprendido, probablemente debido al desgaste. Cosas que pasan. Bergoglio, sostenido por los dos ayudantes, llegó igualmente al asiento papal ubicado en el centro de la sala Nervi, donde lo esperaban miles de peregrinos llegados para la audiencia extraordinaria del Jubileo. El trayecto de una decena de metros fue acompañado por el aplauso atronador de la gente que intuyó su dificultad y lo animó con afecto. En primera fila también había algunos alcaldes con la banda tricolor.
Como esta mañana eran tantas las solicitudes llegadas al Vaticano, al término de la catequesis y de los saludos de rigor en las diversas lenguas en la Sala Nervi, Bergoglio posteriormente se dirigió (en silla de ruedas) a la basílica de San Pedro donde estaban todos los demás fieles que no habían encontrado lugar. «Buenos días a todos ustedes, imagino que han escuchado la prédica que estaba en conexión», les dijo. «Les agradezco por su presencia».
Luego dio la bendición y realizó un recorrido para los saludos también en la basílica.
La audiencia jubilar estaba centrada en el tema de la esperanza nunca decepciona. «El Jubileo es para las personas y para la Tierra un nuevo comienzo; todo debe ser repensado dentro del sueño de Dios», subrayó recordando que «un yo demasiado seguro y orgulloso nos impide reconocer a Jesús Resucitado: también hoy, de hecho, su aspecto es el de personas comunes que fácilmente quedan a nuestras espaldas».
El episodio de esta mañana obviamente no pasó desapercibido para los fotógrafos y las cámaras y volvió a hacer surgir las preguntas sin respuesta sobre la salud del anciano pontífice, quien recientemente sufrió una caída que le causó una contusión en el antebrazo derecho y, antes aún, un feo hematoma bajo el mentón, también provocado por un accidente en Santa Marta. El Vaticano hasta ahora ha minimizado, diciendo que se trata de pequeños episodios comunes a todos los ancianos que tienen dificultad para caminar, sin embargo, nadie ha explicado aún si son originados por mareos, por cambios de presión o por problemas neurológicos.
En cualquier caso, el pontífice a pesar de sus 88 años demuestra tener una tenacidad y una energía fuera de lo común, cada día tiene en agenda numerosos compromisos públicos, audiencias a embajadores o colaboradores de la curia a quienes dedica tiempo, escuchándolos, tomando notas sobre los diversos expedientes que de vez en cuando le son presentados. Sin embargo, a veces las cosas no siempre van por el camino correcto. La semana pasada, por ejemplo, a los miles de periodistas durante el Jubileo de los comunicadores, no les pasó desapercibido el estado de cansancio general del pontífice hasta el punto de verse obligado a renunciar a la lectura del largo discurso preparado. Bergoglio, en esa ocasión, para aliviar el ambiente recurrió a una broma irónica diciendo que nueve páginas por la mañana temprano habrían causado problemas de estómago a cualquiera. Luego pasó en silla de ruedas a saludar rápidamente a unos noventa invitados vip sentados en las primeras filas. Estaba previsto para ellos el besamanos pero esta práctica fue saltada: habría requerido más tiempo y más energías.