Monday, February 10, 2025

El Dalai Lama y las Puertas Cerradas de Santa Marta

¿Es Usted de los que se enteró que en días pasados murió el hermano mayor del Dalai Lama y se le hace extraño que Francisco, o en su defecto alguien el Vaticano, no hubiera tenido una expresión de condolencia de las tantas que suele tener? Bueno, este artículo podría serle útil. ¿Por qué Francisco jamás se ha encontrado con el Dalai Lama?, hace diez años le hicieron directamente esa pregunta y dijo que por miedo a China no era. Una década después el encuentro jamás se ha dado, esperamos que la causa no sea, todavía, por temor a infuriar al régimen chino, aunque todo apunta a que sí es por eso.

Artículo de Il Messaggero, Feb-10-2025.

El Dalai Lama y las Puertas Cerradas de Santa Marta

Franca Giansoldati
lunes 10 febrero 2025


Las puertas de Santa Marta continúan cerradas para el Dalai Lama. «Sin embargo, esperaríamos que después de tanto tiempo se abrieran también para él». En estos casi doce años de pontificado, Bergoglio ha evitado cuidadosamente invitar, recibir o encontrarse con el líder budista, a pesar de su relevancia mundial, como punto de referencia del budismo tibetano, considerado la segunda figura espiritual más autorizada en el mundo después del Papa. «Hemos intentado decenas de veces abrir una brecha en el Vaticano y acomodar un encuentro entre los dos líderes, pero siempre hemos encontrado un muro infranqueable. Creemos que no depende tanto de él, sino del jefe de su diplomacia, el cardenal Pietro Parolin, de quien dependió el acuerdo que se firmó con China», dice Claudio Cardelli, histórico presidente de la Asociación Italia-Tíbet, una asociación de carácter no confesional. «Nos ocupamos de cuestiones humanitarias y derechos humanos».

RAZONES

Los motivos por los cuales Bergoglio ha evitado como la peste al Dalai Lama es para no entrar en colisión con Pekín, con el cual la Santa Sede ha alcanzado un acuerdo histórico para la normalización de la Iglesia católica china y los nombramientos de los obispos chinos.

Naturalmente, en esta década, el pontífice ha mantenido contactos con diversos exponentes de tradiciones budistas, por ejemplo, tailandeses, japoneses. La última delegación que recibió fue la semana pasada, proveniente de China: se trataba de los monjes del templo de Shaolin, lugar de origen del Chan, la escuela principal del budismo chino. El mes anterior, en cambio, había pasado por el Vaticano un monje tibetano de renombre, Kyabie Kundeling Rinpoche, llamado a ser ponente en un congreso en el Augustinianum. Al término del congreso, junto con los otros ponentes, pudo saludar rápidamente al Papa, hacerse una foto y regalarle un libro sobre el Dalai Lama y sus enseñanzas. Algo que seguramente no pasó desapercibido en Pekín. En cualquier caso, aparte de este monje, de otros líderes pertenecientes a la tradición tibetana, más allá del Tíber no se han visto muchos. Contrariamente, en cambio, a los pontificados anteriores cuando las relaciones con el Dalai Lama eran ciertamente más fluidas y los contactos con Benedicto XVI y con Juan Pablo II resultaron en encuentros.

«Esperamos que el Papa, que tiene tanto a corazón a los pueblos que sufren y las periferias, después de tanto tiempo, quiera finalmente dar audiencia también al Dalai Lama. Tiene 90 años, se acaba de operar aunque sus condiciones son buenas. Sería un encuentro entre sabios», añade Cardelli, quien inmediatamente después prosigue: «En el pasado hemos intentado muchas veces organizar algo, pero siempre hemos tenido que lidiar con el aparato diplomático vaticano que de hecho lo ha impedido», cuenta.

Incluso en 2014, cuando en Roma se organizó la cumbre de todos los Premios Nobel, el Papa eligió no recibirlos en el Vaticano para no estrechar la mano al Dalai Lama. Se limitó a hacerle saber a distancia que lo estimaba mucho, sin añadir más. En realidad, detrás de las escenas se consumó un auténtico muro contra muro. «En aquella época fui testigo de un diálogo entre el entonces alcalde Marino y el exalcalde Veltroni en el Auditorio. Estábamos todos en el escenario. Uno preguntaba al otro el motivo por el cual no se había podido realizar la audiencia papal con los Nobel, y el otro explicaba que el cardenal Parolin, que gestionaba todo el expediente chino, había hecho el diablo a cuatro para no crear desavenencias con los chinos debido a la presencia del Dalai Lama».