Thursday, October 16, 2025

Custodios De Museos Vaticanos Presentan Demanda Colectiva

Información de Il Messaggero, Oct-16-2025

Custodios en Lucha por sus Derechos

Los custodios de los Museos Vaticanos presentan una demanda colectiva por condiciones laborales insatisfactorias y falta de reconocimiento.

Franca Giansoldati
jueves 16 octubre 2025


CIUDAD DEL VATICANO -
Insatisfacción, frustración, estrés. Es más o menos lo que ha denunciado un grupo de custodios de los Museos Vaticanos en la primera demanda colectiva de la historia de más allá del Tíber que llegó - como causa civil - al tribunal. Que para los trabajadores del Papa no siempre sea fácil defender sus derechos no es una novedad, desde hace años las quejas emergen cíclicamente en diferentes ámbitos, algunas terminan en la Oficina de Trabajo Interna (Ulsa) donde a menudo son consideradas improcedentes.

Al mismo tiempo, el enfrentamiento directo con el Gobernatorado se revela un terreno complejo y accidentado. Según algunos, «un muro de goma mortal». Tras la muerte de Francisco y la llegada de León XIV - experto canonista y defensor convencido de los derechos y del respeto a los códigos - todos los ojos están puestos en lo que decidirá el Tribunal.

El recurso en bloque de los custodios es la consecuencia de un largo y complicado proceso. La primera audiencia - prevista para esta mañana - está destinada a hacer aflorar ese malestar difundido y repetidamente denunciado por la falta de escucha por parte del Gobernatorado, el ente que supervisa y administra toda la parte museística. En resumen, un buen problema que resolver. En un principio, los empleados - que habían adherido a una acción común eran casi cincuenta - pero a medida que encontraban dificultades su número fue disminuyendo. Actualmente son solo doce los que han decidido recurrir a la justicia civil contra el Gobernatorado y la presidenta sor Raffaella Petrini, la religiosa que sucedió al cardenal Vergez. En el Vaticano nadie ama hablar demasiado de lo que está sucediendo, sin embargo, se susurra que los custodios se han quedado solo doce por miedo a perder el trabajo. «Hay un clima de gran desconfianza». Ahora le corresponderá al Juez del Tribunal civil determinar si efectivamente existe una vulneración de sus derechos, o si han tenido razón la Ulsa y el Gobernatorado al rechazar siempre las solicitudes y las diversas quejas.

Para empezar, los empleados consideran que no hay medidas de seguridad adecuadas en el lugar de trabajo. Algo que han hecho presente en varias ocasiones subrayando que existen sistemas aún obsoletos, condiciones de trabajo incluso prohibitivas, especialmente durante los meses de verano con la presencia de flujos masivos de turistas. Un joven custodio de guardia en el Patio de la Piña, el año pasado, debido al calor sofocante se desmayó golpeándose violentamente la cabeza en el pavimento. Inmediatamente ingresado en el Gemelli, los médicos, al ver sus condiciones, se vieron obligados a recurrir al coma farmacológico.

Otro punto en el que insisten los custodios es que deben permanecer horas y horas en ambientes poco saludables, y esto siempre debido a la masiva presencia de turistas que se registran diariamente en la Capilla Sixtina donde los espacios de entrada y tránsito son mínimos. Finalmente, informan sobre la creciente responsabilidad que recae sobre ellos para la misma protección de las obras de arte expuestas. Una responsabilidad que se delega sin ningún reconocimiento a quienes están encargados de la custodia. En práctica, habrían explicado, si ocurre algo, los únicos llamados a intervenir de inmediato y en presencia de diversas críticas, son solo ellos. También por esto, los firmantes de la demanda colectiva solicitan amortiguadores sociales para proteger a los empleados especialmente en casos de grave crisis, así como el reconocimiento de promociones, de indemnizaciones de turno frente a ritmos pesados. Parece, de hecho, que el cuerpo de custodia trabaja alrededor de sesenta días más que los otros empleados del Gobernatorado y por esto querría disfrutar de un número adecuado de días de vacaciones adicionales.

En el Vaticano, donde no existe ningún sindicato sino solo una asociación (Adlv) nacida en tiempos de San Juan Pablo II para reforzar la Doctrina Social de la Iglesia, los trabajadores lograron resolver de manera concertada la cuestión del saldo de horas negativo, cuando durante la pandemia los Museos permanecieron cerrados y los empleados se encontraron recuperando las horas no trabajadas.